Tras una mediática espera, aquí os propongo un poema nuevo cuyas palabras dicen así:
A
Claro día del frío otoño
que entre algodones cálidos
me sugiere que abandone los problemas cotidianos.
Límpido como eres y diafano y luminoso
¿por qué anhelas que deseche cuestiones diarias?,
¿por ser ruines, viriles, consuetudinarias, normales?.
¿no crees que los hechos especiales, especiales son?
¿y por tanto únicos, pero no seguidos, no regulares sino…
…accidentales?.
Mas los normales hechos si bien livianos parecen ser,
nuestro caminar procuran en la senda de la humana vida.
Sólo la normalidad, como las necesarias cosas básicas,
cuando ausente está, se la nota.