El Mendigo y el Espejo
Ilustración de Darío Castillejo
Se especula cuál es el tamaño de la clase media en el mundo, con la idea de que cuanto más grande es esta clase “socioeconómica”, más dinámica es la economía y el consecuente bienestar.
Antes de calcular su tamaño, se tiene que redefinir el concepto sobre quienes pertenecen a la clase media con criterios regionales actualizados.
En el capitalismo, se han identificado con claridad dos clases sociales: i) la clase propietaria de los medios de producción o la burguesía, que vive de la venta de sus servicios; y ii) el proletariado o la clase obrera. Marx reconoció a la “clase media”, como un estrato interpuesto entre ambas, pero pensó que con el tiempo iba a declinar hacia las escalas sociales inferiores.
Los duros defensores del capitalismo argumentan que esto no sucederá en las sociedades capitalistas avanzadas. Los neo-marxistas creen que el fenómeno del deterioro paulatino de la clase media refleja la creciente complejidad mundial, impulsada por el crecimiento exponencial de la tecnología desde la revolución industrial.
El concepto es hoy un componente socio económico en lugar de uno puramente económico
“altas”“bajas”Por diferentes motivos la clase media, históricamente integrada por “pequeños burgueses”, cada vez está más integrada por asalariados dependientes con alta cualificación profesional. No sólo se está modificando quiénes pertenecen a la clase media, sino que también es evidente que está disminuyendo su dimensión cuantitativa, a medida que se incrementa la cualidad profesional de sus integrantes ¿Podríamos estar viviendo un fenómeno provisional antes de que el capitalismo contemporáneo de paso a otro sistema?
Se están creando oportunidades de trabajo mejor remunerados pero cada vez más limitadas para profesionales altamente cualificados, en consecuencia, menos accesibles para la mayoría de la población que depende de sus capacidades laborales.
Asociado a los vicios de la internacionalización de la economía (deslocalización de los procesos, abaratamiento del salario, desempleo estructural, pauperización social…) el “estado de bienestar” se ha convertido en una dramática variable para lograr mantener la competitividad de los países con problemas de financiamiento (casi todos).
Hace una década, hemos entrado en un bucle destructivo. Cuanto más tiempo pase en revertir las políticas públicas neoliberales vinculadas al desarrollo social y mejore la calidad humana de los dirigentes (públicos y privados) mayor será el daño y los recursos que serán necesarios para revertir el sentido negativo del “crecimiento económico”.
¿Qué más evidencias son necesarias para comprender que “el mercado” no resulta una solución eficaz lo suficientemente rápido para salir del bucle en el que entramos a mediados de la década del 2000? El aumento de la pobreza, en el contexto de la actual crisis financiera mundial, demuestra que el neoliberalismo ya se encuentra en un callejón sin salida.
¿La actual “clase media” desempeña un papel socioeconómico constructivo en la sociedad? Por una parte, aun siendo mayoritariamente “asalariados”, sigue mucho más interesada en emular a la clase alta que en igualar condiciones de vida equitativas universalmente extendidas con sus propios vecinos pobres e ignoran, por completo, lo que ocurre más allá de “su barrio”.
Por lo general, esta “clase media” se mantiene apartada de cualquier lucha por el mejoramiento las condiciones económicas de la clase obrera a menos que perciba amenazado su propio status quo. En más, muy rara vez, la clase media, empatiza con la clase obrera, mientras que aumenta la cantidad de la población pobre, marginada y sin recursos.
En la sociedad capitalista, la clase media es considerada como el principal motor del consumo que mantiene las ruedas de muchas industrias en marcha, mientras que también proporciona la mayor parte de la fuerza de trabajo y de gestión especializada para la industria. Esto supone consecuencias económicas benignas para la economía y el conjunto de la sociedad (ricos cada vez más ricos y pobres cada vez menos pobres).
Pero para sostener el consumo, los salarios deben ser suficientes para estimular el motor del mercado. De ahí la necesidad constante de mantener un sano equilibrio entre los beneficios, la renta y los salarios. Obviamente, también es importante mantener el costo de sistemas sanitario y educativo eficientes para ayudar a crear una fuerza de trabajo saludable y cualificada.
Una ilusión…
Políticos ególatras carentes de imaginación gestados y amparados por una élite dominante con apetencias ilimitadas de poder y riqueza es una combinación mortal del capitalismo que el poder declama defender y pretender recomponer (con las mismas prácticas con que todos nos estamos yendo a la ruina).
El capitalismo ahora es una lucha salvaje por la posición individual, basada en la posesión de poder a cualquier precio.
En tal ambiente, la “clase media” debe despertar y jugar un papel positivo para detener el bucle. La “clase media” puede provocar un cambio cualitativo comenzando por la calidad de la dirigencia organizacional (privada y pública) y puede estimular su propio talento intelectual (el escenario de la sociedad del conocimiento digital facilita esta cuestión).
No es cuestión de instrumentar algunas mejoras cuantitativas parciales que, de todas maneras no podrían ser sostenidas en el tiempo por el presupuesto en recursos que necesitan como por el grado de conflicto que podrían crear entre “los de arriba” y “los de abajo”.