Rodrigo Fernández casi se cae al intentar trasladarse de la silla de ruedas al váter; a José Antonio Barbeito se le rompió el smartphone en una maniobra de marcha atrás con la silla de ruedas; y a Simón Roux le resultaba imposible empaquetar una pieza para regalo desde su silla. Los tres son empleados de la cadena Decathlon en su sede en Iñás (Oleiros) y ayer, durante media mañana, se pusieron en el lugar de una persona con discapacidad y comprobaron en propia carne la accesibilidad de sus instalaciones y sobre todo se concienciaron en las dificultades diarias que cualquiera podríamos tener en algún momento y lo poco que costaría eliminarlas.
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