Japón derrotó a Cuba 8-5 en un excitante partido ante 32 mil 717 fanáticos en el Tokyo Dome y dejó a los antillanos al borde de la eliminación en el Clásico Mundial de Béisbol.
Fue un choque en el que ambos equipos se plantaron como dos boxeadores en medio del cuadrilátero a intercambiar golpes constantemente.
Los nipones pegaron primero por jonrón de su hombre proa, Tetsuto Yamada, ante el abridor cubano Vladimir Baños, pero inmediatamente vino la respuesta caribeña por bambinazo de dos carreras de Yurisbel Gracial.
Japón igualó las acciones en el tercero por sencillo remolcador de Yoshitomo Tsutsugoh, pero Cuba recuperó el mando con sencillo de Víctor Mesa con bases llenas que remolcó par de anotaciones en el comienzo de la cuarta entrada.
Nuevamente los japoneses vinieron de atrás para empatar en el quinto, al facturar par de carreras, la segunda impulsada por otro sencillo de Tsutsugoh.
Yosvani Alarcón volvió a darle ventaja a los cubanos con imparable remolcador en el sexto, pero en la parte baja de ese mismo episodio Seiji Kobayashi provocó un nuevo abrazo en el marcador con hit al izquierdo.
En el cierre del octavo, una costosa pifia del primera base cubano William Saavedra dejó con vida a Nobuhiro Matsuda y entonces se puso en práctica esa ley no escrita del béisbol de que “después del error, viene el batazo”.
Shogo Akiyama disparó sencillo que llevó a Matsuda hasta la antesala, desde donde anotó por elevado de sacrificio del emergente Seiichi Uchikawa.
Fue este un batazo en el que Mesa, jardinero derecho, pagó cara su inexperiencia, pues capturó la pelota en zona de foul y propició el pisa y corre, sin ninguna oportunidad de poner out al corredor en el plato.
Y para rematar, Yamada se apareció con su segundo bambinazo del día, que sentenció el marcador.
El manager Carlos Martí hizo cambios en la alineación que le dieron frutos, al colocar a Mesa en la pradera derecha y a Alarcón en la receptoría.
El joven jardinero remolcó dos carreras y Alarcón se fue de 4-3, con una impulsada.
A pesar de la derrota, Cuba no está eliminada aún, aunque sus únicas opciones dependen de un triunfo sobre Holanda en el próximo juego, más un triunfo de Japón sobre Israel.
Eso le daría a los nipones balance de 3-0, mientras que cubanos, holandeses e israelíes quedarían con 1-2.
Entonces habría que acudir a la fórmula TQB (Team Quality Balance) para determinar cuáles de esos tres equipos disputarán un juego de desempate.
Israel venció a Cuba 4-1, pero cayó ante Holanda por nocaut de 12-2, por lo que llevan una seria desventaja en el diferencial de carreras.
En opinión del experto Jorge Morejón de ESPN Deportes Digital, “para el crucial partido ante los europeos, no puede temblarle la mano al manager Martí y hacer más cambios en la alineación, echando a un lado el historial de Frederich Cepeda y enviándolo a la banca, pues es imposible ganar con un tercer bate que promedia .067 y lleva apenas un hit en todo el certamen”.
Toca subir en el orden al bate a Alarcón para colocarlo junto a Alfredo Despaigne y Gracial, ambos encendidos con el madero, para concentrar en un mismo núcleo a los bateadores que mejor están rindiendo.
Es ahora o nunca, pues para Cuba no hay mañana frente a Holanda.
En el Clásico del 2013, fueron los holandeses precisamente quienes dejaron a los cubanos en el camino en la segunda ronda.
Ahora veremos si se repite la historia o si los antillanos son capaces de cobrar venganza ante un equipo plagado de estrellas de las Grandes Ligas.
Con información de ESPN Deportes.
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