Ahora se cumplen sesenta años de su estreno en la gran pantalla y me ha parecido de lo más adecuado dedicarle el clásico de esta semana a su memorable banda sonora, esa que tanta tensión y terror nos ha provocado a lo largo de estas décadas.
Hablamos de la pieza The Murder, de la que se encargó el no menos genial Bernard Herrmann, compositor habitual en los trabajos del directos británico, que está considerada una de las más grandes composiciones creadas para el cine, en especial su segundo movimiento.
Inolvidable el momento de la ducha de Marion Crane, personaje que se encargó de interpretar Janet Leigh y en la que la instrumentación de cuerda crea un todo maravilloso, intrigante y espeluznante. Poco más que añadir, apasrte de que es una obra maestra a la altura de la película.