Se trata de Tijuana Taxi, que estaba incluída en el disco Going Places, publicado en el año 1965 y editada por el sello A.M., es una de esas piezas maravillosas en las que sus magníficos The Tijuana Brass consiguen transformar en felicidad cada una de sus notas y de sus (divertidos) sonidos.
Y es en que en ella, además de la trompeta de nuestro protagonista, se pueden escuchar unos cachondos sonidos de bocina que se integran perfectamente en ese ritmo calypso, y con la que no puedes más que dejarte llevar.
Confieso ante la audiencia telúrica que mis duchas diarias últimamente llevan su banda sonora, y que cuando suena esta precisamente, admito que parezco totalmente gilipollas. Pero es tan bonito ser feliz aunque sea solamente los dos minutos y nueve segundos que dura esta maravilla...