Y es lo que hacía este señor almeriense de sonrisa siempre presente, hacer desconectar al personal de sus problemas, aunque no exento de una reivindicación cañí, que a mi personalmente me sobraba y que incluso algunos catalanes catalanistas perdonaban solamente por ser del Barça.
Fué la banda sonora de esa Spain (is pain) de pandereta y lo supo asumir, sin buscar evolución musical al respecto ni cambios de esquemas ni sonoros ni líricos, sabía quién era su público y fueron fieles uno al otro hasta el último de sus días, y elijo La Minifalda como el clásico por ser musicalmente una de las más alegres, y una muestra más de como el machismo presente en toda la canción le caía incluso simpático al país.
Yo le admiro por herencia, ya que lo he oído y he visto sus películas en casa desde pequeñajo por ser tanto mi madre como la mayoría de mi familia fans recalcitrantes suyos, pero como todo mito o persona de a pie, tenemos nuestas luces y nuestras sombras. DEP.