La canción es un ejemplo del rock psicodélico de la época, y tiene como instrumento principal el órgano electrónico Hammond que sonaba de forma hipnótica gracias a Crane, aumentada por una sección de viento tremenda, y que culmina con el sonido de un viento del infierno.
Fué el single principal del disco homónimo de la banda, The Crazy World Of Arthur Brown, que alcanzó éxitos a su paso, logrando el primer lugar en las listas británicas y canadienses y el segundo en la americana lista Billboard, además de estar presente en lo más alto de algunos charts europeos.
Fire logró la inmejorable cifra de superar el millón de discos vendidos, y aún a día de hoy suena potente y fresca, mucho más que mucha de la música que se hace ahora inspirada en esos sonidos. A disfrutarla se ha dicho...