El tema en cuestión, cantado con una dulzura inusitada para el animal de escenario que era Jim Morrison, tiene sonoramente de todo en sus adentros, ramalazos de blues, jazz, y una habilidad para el pop perfecto al alcance de muy pocos.
Para ello se inspiró en un poema que escribió en honor a una calle del barrio Laurel Canyon en Los Ángeles, que era el lugar donde vivía junto a su novia, Pamela Courson. La canción se llamó Love Street al estar inspirada en la calle Rothdell Trail, donde Morrison y Courson se sentaban en un balcón a observar a todos esos hippies que pasaban frente a ellos.
Por ello, El Rey Lagarto decidió apodar así a esa calle, y creó firmemente que acertó de pleno con ello. Una canción maravillosa y un clásico más telúrico que normalmente y que os invitamos a disfrutar como es debido.