Peter Milligan, autor británico que se dio a conocer en la industria americana gracias a la miniserie Skreemer, publicada por DC Comics y que posteriormente nos ha entregado grandes obras nunca lo suficientemente reconocidas (Shade, X-Force, Blanco Humano, por poner unos pocos ejemplos) realizó en los inicios de su carrera, como todo buen guionista británico que se precie, su primera incursión en la figura del Hombre Murciélago, con la saga “Dark Knight, Dark City”, publicada en la colección de Batman en el verano de 1990, en sus números 452 al 454. En España fue publicada por Ediciones Zinco en los números 50 al 52 del segundo volumen de la colección de Batman.
El acierto de Milligan, que fue compartido en la época por Grant Morrison en su fundamental “Arkham Asylum” y sobre todo en su saga “Gothic” con Klaus Janson, fue la de introducir el elemento sobrenatural en el mundo de Batman y convertir la ciudad de Gotham en un ente con personalidad propia y que ha dirigido de manera sutil a Bruce Wayne hasta el lugar que le corresponde. Gotham es representado como una figura totémica el demonio/murciélago Barbathos, que tanto ha influido en la actual etapa de la muerte y resurrección de Bruce Wayne, de Morrison.
No solo este último personaje ha sido utilizado por Morrison (hábil narrador que sabe sacar partido de las largas etapas de los personajes que caen bajo su manto) sino también la idea de indagar en el pasado de la ciudad de Gotham, un pasado que ha provocado que dicha ciudad sea casi una ciudad presa de una maldición y de un incierto presente.
Los otros grandes aciertos de Milligan de esta pequeña pero rotunda saga son dos: la atmósfera lúgubre y sofocante de una Gotham City que se convierte más que nunca en otro personaje más de la saga, incluso se convierte en uno de los tres narradores de la historia y la lóbrega caracterización del villano de la función, el Riddler, que pasa de ser un villano segundón, a un terrorífico villano que puede ponerse a la altura de el Joker o Dos Caras. Una pena que no hayan seguido por ese camino.
A los lápices tenemos a un dibujante que nunca ha llamado la atención, Kieron Dwyer, pero que aquí hace un trabajo memorable, aumentando la oscuridad y el ambiente opresivo representado en el guión de Milligan. La guinda del pastel son las portadas para estos tres números, realizadas por el gran Mike Mignola pre-Hellboy.
Un tebeo que está entre las mejores historias de Batman jamás contadas y que necesita de una reedición en condiciones en nuestro país. En Estados Unidos puede encargarse en el próximo Previews en un recopilatorio al módico precio de 7,95 $.