Clásicos del cine contemporáneo…por César del Campo de Acuña
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Duración: 116 minutos.
Género: Drama.
Guion: Scott Silver, Paul Tamasy, Eric Johnson y Keith Dorrington.
Interpretes: Mark Wahlberg, Christian Bale, Amy Adams, Melissa Leo, Robert Wahlberg, Jack McGee, Dendrie Taylor, Jenna Lamia, Bianca Hunter, Sue Costello, Salvatore Santone, Erica McDermott, Sean Patrick Doherty y Jackson Nicoll.
Música: Michael Brook.
Fotografía: Hoyte Van Hoytema.
Montaje: Pamela Martin.
Diseño de producción: Judy Becker.
Vestuario: Mark Bridges.
Estreno en Estados Unidos: 17 de diciembre de 2010.
Estreno en España: 4 de febrero de 2011.
Going the distance
Si existe una práctica deportiva capaz de acentuar a la perfección el dramatismo cinematográfico, es sin lugar a dudas el boxeo. Las historias y circunstancias vinculadas al mundo del pugilismo siempre han resultado fascinantes para el gran público así como para cineastas, guionistas y productores. Más allá de las historias de coraje y superación en la que el humilde pez chico acaba devorando al altivo pez grande, lo que parece llevar de la mano al éxito a estos relatos es toda esa turbulencia que suele rodear la vida de sus protagonistas. Como pudimos ver en films como Toro Salvaje (Martin Scorsese – 1980) o Million Dollar Baby (Clint Eastwood – 2004), lo importante en estas obras no es la victoria, es el camino tortuoso que conduce a ella y la caída que suele suceder a la gloria. Bien es cierto que no todas ahondan en las miserias del deporte de las 16 cuerdas, como las notables Cinderella Man (Ron Howard – 2005) o Rocky (John G. Avildsen – 1976), pero si es posible argumentar que la inmensa mayoría de ellas, incluidos los siempre entretenidos subproductos como Gladiator (Rowdy Herrington – 1992), Invicto (Walter Hill – 2002) o Penitenciaria (Jamaa Fanaka – 1979) tienden a mostrar la cara más amarga del controvertido deporte y la de todos aquellos que tratan de labrar un porvenir a base de directos, derechazos y ganchos al mentón.
A caballo entre la excelencia cinematográfica y la explotación del drama del boxeo encontramos la recomendable The Fighter, film dirigido por David O. Russell (El lado bueno de las cosas, Tres reyes…) y producido a la par que protagonizado por Mark Wahlberg. Esta obra de 2010 cuenta la historia de los hermanos Micky Ward y Dicky Eklund. Ecklund, una vieja leyenda local del boxeo que estuvo a punto de dar la campanada en los años 70 ve como la atención de los medios vuelve a llamar a su puerta muchos años después de su última pelea con la intención de grabar un documental. Mientras tanto, Ward, su hermano pequeño trata de labrarse una carrera sobre el cuadrilátero teniendo que lidiar con su temperamental y absorbente familia así como con su hermano Dicky, un adicto al crack y a los problemas que hace las veces de su preparador. La lucha por la atención, el respeto, al redención y la identidad propia se dan cita en un absorbente drama familiar en el que el deporte queda en un segundo plano aunque plasmando con gran tino esa atmosfera que suele rodear a las cintas que giran en torno al pugilismo combinado con maestría miseria y esos momentos de superación que nos dejan sin habla y sin razón ante nuestros problemas y quejas.
Christian Bale, en la piel de Dicky Ecklund realizada una sensacional labor de transformación, dotando a The Fighter de ese personaje icónico e inolvidable capaz de justificar por si solo toda una película. Sorprendente y creíble son adjetivos que se pueden atribuir a la puesta en escena de Bale y no es arriesgado decir que sin su presencia y su labor interpretativa más de un tercio de la película desaparecería. Con esto no quiero decir que el resto del casting no funcione, sino que el papel de Bale, al ser el más atractivo y significativo es capaz de eclipsar por completo al de sus compañeros. No obstante hay que aplaudir el esfuerzo y trabajo de un más que aceptable Mark Wahlberg acostumbrado a tan solo dar la talla pero sin el aplauso de la crítica especializada. Por otro lado, la labor de Amy Adams y Melissa Leo como las dos mujeres en la vida de Ward es reseñable, ya que sin la compensación que ambas ofrecen como réplica argumental, el personaje de Wahlberg quedaría absolutamente diluido. No puedo decir que el trabajo de O.Russel no me guste, pero si es cierto que por momentos parece abandonar la dirección, especialmente en las escenas de los combates, pero aun así su trabajo, así como el de Hoyte Van Hoytema (fotografía) y Judy Becker (diseño de producción) es digno de ser mencionado.
The Fighter es uno de esos films absorbentes y extremadamente recomendables que parecen escapar del conocimiento del gran público pero que en absoluto resultan excluyentes. Una obra a descubrir por todos aquellos que disfruten del buen cine.
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