Catártico, excesivo, desbordado. Para cuando Marc Bolan editó "The slider" en 1972, Inglaterra se encontraba en plena T.Rexstacy. El público de rock deliraba con el Glam Rock de plataformas y purpurina (del que Marc era su embajador más freak y cósmico) mientras la prensa y la audiencia más vasta se dividían, pensando que se trataba de otro caso más de "histeria colectiva".
Como sea, los T. Rex venían de colocar varios singles en lo más alto de las listas europeas, con "Electric warrior" como número 1 en Inglaterra. Su rock valvular, físico y de guitarras era, además, toda una afrenta a la pretenciosidad de los monstruos Progresivos que ya amenazaban con dominar el mainstream.
Para 1972 Bolan estaba en la cima de su juego (y de su Ego) y había fundado su propio sello, T. Rex Wax Co, alcanzando jugosos acuerdos comerciales. Hasta Ringo Starr (amigo de Marc y célebre fotografo de tapa de "The slider") los fue a buscar para filmar "Born to boogie", un film que retrataría la euforia del momento. Sin embargo, del otro lado del océano el público americano se mostró más bien escéptico y la gira por aquel país obtuvo reviews desparejas.
Como bien señala Paytress, parte del encanto de T. Rex residía en la enorme distancia que había entre su música física y terrenal y la enigmática y distante figura de Bolan.
Los temas, que decirlo, son de altísimo nivel. "Metal guru" arranca como empezada, ya subida a un caballo desbocado. Luego están esos clásicos "boogie rocks" ("Rock on", "Baby boomerang", "Telegram sam") que a Marc le salían de taquito. Al parecer, simples esqueletos de canciones se transformaban (con la ayuda del productor Tony Visconti) rápidamente en temas completos, orquestados y todo. Para matizar el set aparecen algunas de esas baladas cósmicas, algo densas y arrastradas como "Spaceball ricochet" o "Mystic lady", antes de los latigazos a pura combustión de "Buick Mackane" y "Chariot choogle".
Es cierto, la música de T. Rex nunca se caracterizó por las sutilezas (no al menos en su período eléctrico) y "Rabbit fighter" y "Ballrooms of Mars" suenan teatrales y excesivas. Pero vamos ¿esto es rock o un juego para niños? La "puesta en escena", para Bolan, no admitía medias tintas. Todo tenía que sonar portentoso.
T. Rex- discografía cercanaElectric warrior (1971)- The slider (1972)- Tanx (1973).