El taller fue dirigido por monitores de nuestra hermandad, en concreto por Florencio y Antonio Arias Solís, que aprendieron esta técnica de su madre, Pastora, y de su tío Antonio Solís Saénz de Tejada, quienes a su vez heredaron esta tradicional forma de rizar la palma de su tía doña Pastora Solís Rivas, que lo hacía en su casa de la calle Iglesia con la misma maestría con que realizaba los árboles del risco y del paso de la Divina Pastora, de cuya imagen fue camarera durante tantos años. A ella le debemos que hoy en Cantillana, desde nuestra hermandad, se siga realizando esta labor del rizado de la palma, ya que en su día se preocupó de transmitírselo a las generaciones futuras.
Los mismos monitores, Antonio y Florencio, se encargan respectivamente de realizar las palmas rizadas de los pasos de la Sagrada Entrada en Jerusalén de Tocina y de Cantillana, el primero desde los años ochenta y el segundo desde sus primeras salidas procesionales.