Oscurece. El sol desaparece y, a cambio, la luna asciende tímidamente reflejándose radiante en cuanta copa de vino asciende. De fondo, una melodía aumenta paulatinamente su volumen, llegando al punto de cubrir cualquier otro sonido existente. Son los Forraje, gritándole al mundo entero sus “Retales de vino y luna”.
“Alarido” arranca y con él, una bohemia magia irrumpe en mitad de la noche, haciendo que nadie pueda quedar indiferente a este primer corte con el que arranca un disco cargado de buenas canciones que no dejarán indiferente ni al más escéptico, que despertará con tan solo los primeros acordes de “A veces”, segundo tema del disco.
Continuando con canciones de estas que están situadas en el lugar perfecto pero que, debido a la genialidad de algunas otras, los Forraje van abriéndose un hueco cada vez más y más grande en el corazón de los afortunados que se encuentran atentos a cada uno de los acordes del que se trata del tercer disco de la banda gallega.
De repente, “Cuanta gotera” aparece en nuestras vidas, jurando que “cuidará los lunares que bañan nuestras espaldas” y haciendo que creamos, por fin, en una música reparadora que elevará al rock como género romántico por antonomasia, románticamente plural, demostrándonos en con el videoclip de este tema lo que todos ya afirmábamos, que el amor lo es independientemente de qué sexo sea del que te enamores.
Forraje
Y, como digna sucesora, llega “Teniendo nada”, dedicada a la absoluta protagonista de este trabajo musical, la luna y haciendo que la voz rota del señor Lulú susurre en nuestros oídos mil y unas mágicas palabras que nos hagan ponernos en el lugar de esa su quería Luna a la que le cuenta la más pura verdad, que no es otra que “lo tiene todo, teniendo nada”.
El disco avanza y, protagonizando la recta final del trabajo, nos encontramos con la absoluta protagonista de este disco, y una de las más reconocidas dentro de la carrera del grupo. “Las torres de tus lamentos”, canción en la que participa el gran Kutxi Romero de Marea, y que hace que, indudablemente, nos sea imposible volvernos tristes.
La noche entra en agonía del mismo modo que un inmenso vacío suple el latido de los escalofriados corazones que habían tenido la suerte de toparse con una de las bandas gallegas de más éxito estatal que hará que tu vida sea, sin duda alguna, infinitamente más feliz a raíz de su llegada a tu vida.
Miriam
Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo, directora de Ruta 42 y redactora en La Encuadre. Guitarrista vocacional.
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