Las principales capitales del mundo tienen fama de caras, y el estudio Precios y salarios del banco suizo UBS confirma esta creencia. Madrid, que se sitúa entre las treinta urbes más costosas para vivir, no escapa a esta realidad, si bien sus visitantes pueden economizar su experiencia aquí poniendo en práctica ciertas medidas y consejos. Reservar parking low cost en Madrid es una de ellas. Aplicaciones como Parkapp, Telpark o Easypark facilitan la búsqueda y reserva de aparcamientos de bajo coste en la capital española.
Además, la reserva anticipada de hoteles, restaurantes y servicio es una decisión inteligente, sobre todo en temporada alta, cuando la mayor parte de estos establecimientos cuelga el cartel de lleno. Con ello, se obtienen tarifas más competitivas. Contratar estos servicios a última hora es un error desde el punto de vista de la planificación, pues obliga a improvisar, lo cual rara vez tiene un final feliz.
Otra forma de ahorrar en Madrid es priorizar los destinos de acceso gratuito en el itinerario. Sorprende la cantidad de monumentos y parques que pueden recorrerse sin desembolsar un céntimo: la Plaza Mayor, el Palacio Real, la Puerta de Alcalá, los parques de Sabatini, El Retiro y Campo del Moro, etcétera.
La época del año también influye en el presupuesto final de esta experiencia. Madrid alcanza su cénit de visitantes en julio y agosto, por lo que fechar unas vacaciones en meses como septiembre, noviembre o mayo garantiza precios más asequibles, amén de una menor masificación en general.
Para quienes deciden prescindir del «lastre» del vehículo propio, los abonos del transporte público son especialmente atractivos en Madrid. Las tarjetas ‘Madrid City Card’ y ‘Explorer Pass’ permiten ahorrar no solo en los trenes, autobuses, etcétera, de la capital del Estado, sino también en el acceso a sus principales atracciones.