‘El talento es más barato que la sal común. Lo que separa a los individuos con talento de los verdaderamente exitosos es un montón de trabajo duro’. (Stephen King).
Y es que es verdad como un templo, lo que muchas veces marca la delgada línea entre el éxito y el fracaso es nuestro esfuerzo. Ojo que con eso no digo que todo esfuerzo reciba el premio esperado, pero lo que si es innegable es que aquel que se ha esforzado por realizar algo si que tiene el éxito de haberlo intentado y nunca podrá considerarse perdedor o fracasado
Porque realmente solo existe una fórmula para tener éxito en cualquier cosa en esta vida y es darlo absolutamente todo cuando nos ponemos a ella.
Conseguir sacar una idea adelante y convertirla en algo exitoso no es el resultado de una combustión espontánea. Tú tienes que encenderte primero y mantener de forma constante encendido el fuego que te permita convertirla en brillante y exitosa.
La suerte es de los que la buscan, como se suele decir, o como me gusta a mi, ‘los vientos soplan siempre en las velas de los capitanes intrépidos’. Muchas veces la suerte la hacemos nosotros mismos y sobre todo por nuestra perseverancia en nuestro esfuerzo. Y es que no existe ninguna cualidad tan esencial para el éxito como la perseverancia. Lo supera practicamente todo, incluso a la naturaleza.
El conformismo es algo que no se puede unir en ningún término al éxito. Y es que si lo que hiciste ayer te parece algo grande es que no has hecho nada hoy.