Claves para entender la masoneria española: «la regularidad»

Por Vguerra
La mal llamada Masonería Regular, como si el resto no lo fuera, o dógmatica, o conservadora, o de Tradición, tal y como le gusta denominarla a Marc Halevy, la cual en España tiene muy corta vida, a pesar de querer abanderar como organización todo el estatus quo masónico español, en sus llamados y comunicados. La masonería que comúnmente denominados como Masonería Regular y que por mi parte denominaré como Masonería de Tradición, en España nace en los albores de los años 80, o sea que hoy tiene en su haber unos escasos 37 años de trabajos masónico que lleva delante la Gran Logia de España (GLE), como así reza su título distintivo, al que después de años, con litigios, estrategias varias entre la GL y el Sr. Foruria pudo unir, por fin en el 2001, mediante la posesión de una Patente, el nombre, a modo de apellido o subtítulo del Grande Oriente Español, (GOE).; El GOE fue una Obediencia del siglo XIX y XX, de amplio espectro social y territorial y de marcado carácter republicano, muy combativa en lo religioso y más aún en lo político, el cual tiene muy poco que ver con la masonería de cuño anglosajón que encarna la Gran Logia de España (GLE), pues la raíz del GOE y faro radiante de este siempre fue: Francia y por consiguiente el Gran Oriente de Francia (GOdF). Los inicios de los pasos por parte de la llamada Masonería Tradicional en España nacen de una compleja historia de encuentros y desencuentros, tras el desembarco de una incipiente masonería en el exilio, que se dividió en dos claras facciones, la que se fue a México que viró hacia el REAA y hacia la masonería regular, cuyo referente allí fue un activo asturiano: Juan Pablo García, Soberano Comendador del Grado 33; y por otro lado estaba la facción que vino de Francia, la cual mantuvo lo que pudo su idiosincrasia española como GOE, hasta que tuvo que integrarse definitivamente en el GOdF, este grupo se sitúa en el ala liberal o adógmatica. En este desembarco, nimio, se juntan las acciones internas ya en tierra española de autóctonos, para emplazar una masonería de cuño español. La historia real con pelos y señales está aún por escribir, lo cual es todo un reto, pues unas organizaciones y otras salidas, han salido que casi todas del mismo embrión, aunque cada uno cuenta historias distintas, unas más maquilladas que otras, en las que no voy a entrar, pues no es el motivo de este artículo, pero dejo varios enlaces sobre esta historia, sobre la cual como digo hay poco publicado, pues por ejemplo el Museo Virtual de la Historia de la Masonería española, se queda en el año 1979 con una serie de generalidades que no dicen nada. Por su parte la Wikipedia no aclara mucho sobre las andanzas de antaño:  https://es.wikipedia.org/wiki/Francmasoner%C3%ADa_en_Espa%C3%B1aPara la GLE, esta es su historia: http://gle.org/historia/
Historia que hay que ir completando a retazos, entre los que exponen unas logias y otras, por ejemplo, La Constitución nº 63 de Cádiz. http://laconstitucion63.org/historia-de-la-masoneria-espanola/
El que posiblemente más cuente acerca de la historia de los inicios masónicos españoles es el controvertido Pepe Rodríguez que escribió en su día el libro: La Masonería al descubierto (2006) que fue todo un best-seller, y a cuya organización la GLE, le dedica casi que 100 paginas, y que reseño para su conocimiento, aunque este autor no sea santo de mi devoción histórica. En su página oficial se pueden encontrar muchos documentos de la época, que pueden resultar interesantes para saber algo más sobre aquellos turbulentos años de la refundación de la masonería española http://www.pepe-rodriguez.com/Masoneria/Masoneria_menu.htm
Por su parte la GLSE adjunta un gráfico interesante de cómo han sido los desarrollos, históricos: Es evidente que este cuadro tan simple, poco tiene que ver con este otro que he confeccionado y que da mejor idea de las complicadas relaciones entre las masonerías españolas:
En todo caso, como ya he dicho no me interesa tanto entrar en este denso bosque enmarañado e intrigas, irradiaciones, juegos de tronos de todo tipo, un denso bosque en el cual las hojas dejan ver poco o nada dada la maraña arbustiva .Por mi parte en este artículo me interesa más en definir lo que es la masonería regular o de tradición, o lo que yo entiendo que debe ser esa masonería leyendo a autores extranjeros sobre el tema de la Regularidad
Esencia de la Regularidad, o Masonería de Tradición Uno de los temas que más preguntan los profanos, es acerca de las diferencias sobre las distintas masonerías, y se interrogan acerca de ¿Cuáles son estas? La diferencia substancia que marca la masonería regular o de Tradición, con respecto a la masonería liberal, ya de por sí lo las páginas de las Grandes Logias así lo indican, que La Regularidad es en sí un elemento definitorio , así lo hace la Gran Logia de España (GLE) en cuanto a lo institucional, cuestión esta muy relativa, pues por ejemplo el Gran Oriente de Francia (GOdF) cumpliría en gran parte con ese concepto de la regularidad. Aun no estando en la órbita de la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI) Pero la mayor diferencia, que además se deja de manifiesto en su página web de la GLE en el apartado para ser un franc-masón es: «CREER EN UN PRINCIPIO SUPERIOR o Causa Primera de todo lo creado, al que se denomina comúnmente como Dios, y que los masones, respetando siempre la libertad del individuo ante cualquier creencia particular, nombran como Gran Arquitecto del Universo». Y la verdad que como tal se queda aquí, y a primera vista parece una simple requisitoria, la cual tras se esconde mucho más, aunque hubo cambios y por ejemplo en 1989 la GLUI, definió de otro modo, suavizando la cuestión que el GADU y su voluntad revelada se entendería por una «simple creencia en un Ser Supremo». Y que dentro de las promesas o juramentos que se hacían tradicionalmente sobre el Volumen dela Ley Sagrada, podrán ser realizados, «sobre el libro que sea considerado como sagrado, por el hombre concernido»
Personalmente, a veces me da la impresión que la Masonería de Tradición española, tiene un cierto remordimiento o sentido de culpa, de ser presentada con todas las consecuencias como masonería regular, pues tiene ese disloque un tanto demencial de querer unir su trayectoria a una Obediencia como el GOE, que fue su antagonista más absoluta, y ese extraña tensión la vive de forma permanente la GLE, una tensión que se gesta entre su adhesión a los postulados de la conservadora masonería, que representa la Gran Logia Unida de Inglaterra, y los que quiere salvaguardar del Gran Oriente Español, que representó el republicanismo y anticlericalismo más político y social. O sea, mezclar o mantener juntos el agua y el aceite en pro de hacerse con una historia y un aval institucional, cuyos objetivos no son claros, salvo que se habla de recuperaciones y reivindicaciones históricas. Feo costal en el cual entrar. Los conceptos de Regularidad, sobre todo se fijan, se pulen y se hacen fuertes a partir de 1813 cuando la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI) impone su ley, en la querella entre los «Modernos y los Antiguos», ganando estos últimos, e imperando un modelo de ahí en adelante muy determinado, y cuya cabeza es el Duque de Kent que comanda una masonería muy conservadora y fiel a un determinado establishment inglés. En general tal masonería de Tradición, representa en líneas generales cierta tendencia a presentarse como la esencia profunda de la «tradición masónica» que a su vez se fundamenta en el respeto absoluto a la memoria masónica, por tanteo la GLE como parte de esa porción que le toca, se presenta en la externalidad, como la viva expresión de esa Tradición, cuyo espíritu es la Regularidad.
Por cuyo motivo, no es extraño que su propio quehacer se entienda, y así se expone, como un lugar de espiritualidad, de interiorización de crecimiento personal y de sacralidad, palabros estos que la mayoría de los masones suelen evitar, incluso en las páginas web no encontramos plasmados, pero no por ello dejan de conforman el genoma de identidad de la regularidad, que en otros lares, y pensadores masónicos regulares, presentan sin ambages, explicando que dicha masonería regular está embarcada en una «esencia profundamente espiritual». Es más, hay quien va más allá y plantea esta masonería no como una religión, pero sí como la «representatividad de una mística occidental», por tanto, cobra sentido hablar, y en algunas ocasiones se oye en algunas plataformas, de un cierto espíritu cósmico, a modo de una puerta abierta a todas las religiones. Al menos así es como yo entiendo los postulados de la Masonería de Tradición, y como me gustaría vivirlos sí yo optará por dicha masonería, y no el café un tanto descafeinado como él se suele presentar ante el gran público la regularidad española, como ya he dicho esta se encuentra prisionera entre los dos extremos de los que he hablado, y para poder ampliar su masa social y no espantar a nadie, y más con conceptos que en la España de cultura católico-romana, aún pesan, pues edulcora su mensaje. No es menos cierto que se da ese cierto sentido de culpabilidad, y por tanto la masonería de Tradición, no se presenta en España, como una «elite» iniciática y de excelencia… por un lado porque faltan referentes claros y notorios en el campo de la reflexión masónica de Tradición, y por otro lado los pocos que hay están más a la construcción del perfil histórico-masónico, o a las composiciones poéticas, más que la reflexión profunda sobre el modelo masónico que encarna como tal la GLE, presentado sim ambages y sin envoltorios, y por supuesto sin abencerrajes contra el otro para justificarse a sí mismos, un mensaje claro y rotundo. Una cuestión notoria y diferencial, al menos en cuanto a las estructuras masónicas y su proyección, es que mientras la masonería liberal es más revoltosa, más omnipresente en distintos grados, según países y Obediencias, la masonería de Tradición suele reclamar para su acción entre otras cuestiones el Silencio, y por tanto se interioriza como una élite del silencio, motivo por el cual se pide en sus logias que los Aprendices estén en silencio durante tanto tiempo. Aunque también es una reivindicación de las otras masonerías de muy distinto matiz. Esa noción del silencio conforma parte de una fe espiritual que se traduce en creencia, y en demanda de esa creencia, mientras en otras masonerías no se reclama ni se crea o no, por su parte la masonería de Tradición reclama y obliga a que sus miembros tengan fe en la existencia en una más allá, y en un creador tenido como el Gran Arquitecto del Universo (GADU). A partir de aquí se abre una masonería con un centro nuclear, como es la INICIACION, que se oferta, o se debería ofertar como el acceso a la Luz Masónica, y por tanto sí que tiene coherencia hablar de procesos iniciáticos como la posibilidad de exprimir la simbología, la estructura mítica religiosa como la «llave de un conocimiento a descubrir» que implica la existencia de principio transcendente que revela a los hombre las verdad. Cuestiones que otras masonerías no hacen, y por el contrario aprovechan esas estructuras rituales, sin entrar en las esencias bíblico-religiosas para aventurarse en otras sendas que se pretenden iniciáticas, pero que se intuye que están faltas de algo, y ese algo, es la que entronca en toda la estructura que se desgaja de la Tradición a la cual se quiere aprehender la Regularidad, a la tradición que marcó L. Dermott, que es su padre fundador y no Anderson. He visto muy pocos trabajos sobre el padre fundador de la masonería de Tradición, Laurent Dermott, que es quien realmente pone las piedras angulares, no de una Constitución, sino quien coloca la verdadera cimentación para servir de puente entre la tradición noaquita y la futura elaboración masónica estructural que terminará dando como producto final la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI). El gran problema que puede tener el tema de la regularidad en España, al menos desde el punto de estructura organizativa masónica, tal vez acuciada por otras perentorias necesidades, es salir de silencio constructivo logial, que guardan y atesoran otras grandes logias regulares del mundo, y meterse en camisa de once varas, emulando a una estructura liberal como el Gran Oriente de Francia, y dar la voz de pecho, en el caso de la GLE, con acciones que no secunda ni su propia membresía. Muy al revés de lo que pasa en el GOdF que se ve respaldada y en sintonía con su quehacer; y en el caso de la GLE no, por poner un ejemplo la campaña de Orgullo de Ser Masón, o de la firmas por una Reconocimiento de la MASONERIA, no avanzan por más anuncios que se paguen, porque ni la mitad de los miembros de la GLE , ha firmado tal petición, porque en parte se considera que esas cosas no son del quehacer de una Gran Logia Regular continental, al menos , digamos que no las vemos ese tipo de campañas. Pero como la Gran Logia de España, está cogida por entre esos dos mundos en los que vive, el de la Regularidad y el liberal del GOE (típico de España), pues le suceden esas cosas, y en vez de vender su patrimonio identitario como la regularidad que quiere representar, por el contrario se dedica a la promoción, a jugar al lobbysmo, y a intentar captar a las elites de este país y a jugar por debajo del mandil a estar bien con la elite política monárquica (que les respeta,) decía el otro día un joven masón, y darse grandes golpes de pecho como los gorilas diciendo YO SOY LA MASONERÏA, cuando en España hay que decir que nos movemos en números ridículos, y resulta que hay otras MASONERIAS. Por tanto, re-interpretando a Marc Halévy, todos los masones regulares del mundo son Hermanos, hijos de la misma Viuda, de una mismo Maestro, de una construcción mítica y tradicional que es el Tempo de Jerusalén poniendo todo ello al servicio de la obra del Gran Arquitecto del Universo en la modelación del hombre, pero no alterando los paradigmas, pues parecería extraño que la GLUI por ejemplo entonase el L.:.I.:.F.:. que está muy bien para el Continente y para regímenes republicanos como Francia, pero que suenan estentóreos en Inglaterra, cuando su quehacer está más en la línea de la beneficencia que la fraternidad, que es un concepto más político que socializante. En todo caso si se quiere profundizar en el tema de beneficencia masónica, y como tradicionalmente este se ha considerado en España, les dejo con el trabajo de Françoise Randouyer Dentro de los contextos de la Masonería de Tradición, hay típicos temas como el hermetismo, la cuestión alquímica como parte de la «gnosis iniciática que cada masón de Tradición aborda, y que conforman parte la masonería simbólica, donde los cuatro elementos ofrecen al recipiendario cuatro purificaciones sucesivas que ayudan al tallaje de la piedra bruta»
Por tanto, la masonería regular con su modelo de expresión interna y externa, es una estructura elitista, jerárquica y por tanto no igualitarista, y todo esto puede ser chocante, pero es el resultado de una estructura fuertemente conjuntada en torno a un modelo en el cual la creencia es exigible, pero dentro de este molde en el cual encajaría toda la membresía  masónica regular española, luego resulta que no es así, puesto que estamos ante una masonería plural, que se ha ido conformando de muy diversas maneras y necesidades, reuniendo un perfil muy determinado sociológicamente, y que a veces su expresiones o rechazos tiene un difícil encaje en la estructura, como hemos visto hasta no hace poco, con importantes sectores contestatarios en su seno, irradiaciones de todo tipo que llegaron a alcanzar a alguno de sus GM.La propia GLE, publica sus propios barómetros  con datos sociológicos de perfiles de sus membresía donde destaca la gran presencia de extranjeros,  (Madrid y el Levante y Andalucía ) lo cual  hace un efecto a veces perverso en la configuración masónica de la Obediencia que ahora tiene ritualmente a la renuncia de un rito de presencia nacional desde el siglo XIX por otro tipicamente inglés como es el de Emulación, que al decir de algunos es «auténtica masonería».Como Gran potencia, en base a esos 2700 miembros, ya que quien la sigue en el ranking se supone que tiene unos 700 miembros, tiene una intensa presencia en el territorio español, que por otro lado presenta casi que las mismas calvas del siglo XIX, territorios que se resisten a la presencia masónica.El gran hándicap que tiene este tipo de masonería es la ausencia y rechazo de la presencia de la mujer en dicha estructura, cuyo rechazo se justifica en función de muchas justificaciones históricas, sociológicas, deterministas, etc., lo cual suele crear bastantes problemas de distanciamiento con diversos sectores masónicos y de la sociedad en general.Más información sobre este tipo de masonería en el Blog MASONERIA ANTIGUA Víctor Guerra