Claves para una lactancia materna de éxito

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Hoy Bichito cumple su primer mes. Un mes que, a pesar de lo duro que ha sido el postparto, se me ha pasado volando. Me hace feliz ver los avances de mi pequeñuelo pero a la vez me entristece pensar que estos días de atrás jamás volverán (pues si que me pongo melancólica pronto, ¿no?).

Llevo, por lo tanto, un mes de lactancia materna exclusiva y por más que leo en libros y manuales que no es cuestión de suerte que esta vaya bien o no, yo si que me siento muy afortunada de poder disfrutar de la teta con Bichito. Ya sabéis que mi intención era darle el pecho sin agobios.

Y está siendo así, pero con algunos “peros”.

Antes que nada, me gustaría dejar claro que no soy ninguna experta en el tema, pero considero que los momentos más duros son los iniciales, y esos ya los superé. Por eso quiero contaros qué considero yo que tenéis que tener en cuenta a la hora de amamantar a vuestros churumbeles basándome en mi propia experiencia.

  • Llevar la teoría aprendida de casa

Creo que esto es indispensable para poder tener un poco de autonomía cuando acabamos de parir, ya que podemos tener más o menos suerte con la matrona que nos toque.

Es importante saber qué posturas de amamantar existen, como ha de tener los labios el bebé, qué parte de la teta ha de succionar, etc. Y si algo no va bien, saber qué hay que revisar con tal de solucionarlo (postura, frenillo…).

Hay muchos libros sobre lactancia materna e incluso grupos de soporte a la lactancia a los que se puede acudir durante el embarazo.

  • El primer agarre

Creo que es el más importante, en el que vemos como se complementa nuestro hijo recién nacido con nuestras areolas y pezones.

El primer agarre de Bichito fue muy difícil. Tan difícil que en aquel momento pensé que no sería capaz a pesar de tener calostro desde hacía semanas. Estaba muy cansada y no había manera de que cogiese la teta. Mi matrona insistió mucho y Bichito seguía llorando desde que había nacido (habría pasado una media hora). Pero ocurrió. Bichito encontró la teta, aunque hubo que corregirle varias veces abriéndole más la boca.

  • Dar el pecho no duele

Esta famosa afirmación tiene matices y quiero aclararlos.

Al principio, y hablo de las primeras horas e incluso primeros días o semanas de lactancia, los pezones duelen. Pero es un dolor tipo irritación. Están muy sensibles y duelen solo con el roce de cualquier cosa.

Una vez el bebé hace el vacío, sí que no hay ningún tipo de dolor.

Y esto os lo puedo afirmar a pies juntillas, pues Bichito me hizo una herida con sangre en cada pezón por unos tirones puntuales que me dio, y solo dolía en el momento del agarre. Una vez hecho el vacío, podía seguir amamantándole sin dolor alguno.

Así que no, dar el pecho no duele, pero el agarre a veces sí.

  • Aliados en la lactancia materna

Si recordáis lo que metí en mi maleta para el hospital, veréis que añadí varios artilugios con tal de ir preparada para una lactancia materna exitosa. Y de esa lista, hay un imprescindible que recomiendo a todo el mundo sí o sí. Los protectores de pezones, de la marca Medela.

Estas copas, además de recogeleches, son ideales para evitar que los pezones nos rocen con el sujetador, y además, llevan agujeros para que el pezón esté bien aireado.

Yo las usé en cuanto Bichito se desenganchó de mis tetas después de 4 horas de succión non-stop justo después de nacer (os podéis imaginar como se me quedaron los pezones después).

Y aunque había recibido comentarios de todo tipo sobre el uso de Purelan (también de Medela), a mí me fue bien para mantener el pezón hidratado. Eso sí, una vez tuve las heridas con costra por culpa de unos tirones que me dio Bichito (a la semana de haber empezado la lactancia materna), dejé de usarla con tal de que las costras se mantuviesen secas. Fue entonces cuando empecé a ponerme mi propia leche sobre el pezón.

Otro artilugio que me ayudó, fueron las pezoneras (sí, también de Medela). Aunque recibí muchos comentarios que me las desaconsejaban, yo las compré pensando en poder seguir dando de mamar con heridas. Y fueron genial. Las he usado dos veces contadas, cuando tenía las heridas en los pezones, para seguir dando de mamar con esa teta durante la noche y que no afectase a mi producción.

Tuve miedo por esos comentarios que me hicieron. Que si el bebé se acostumbra a la pezonera y luego cuesta quitarla, que si confunde al bebé, etc. No tuve ningún problema.

Por último, y no por ello menos importante, el sacaleches. A mí me regalaron uno de Medela, el modelo Swing y además la tetina Calma, que funciona exactamente como la teta. Si no hay vacío, no hay leche.

La primera vez que usé el sacaleches fue también por una de esas heridas que me tenían muy fastidiada. Por eso y porque a maridín le hacía ilusión darle el biberón a Bichito.

Aquí también tuve miedo, pues Bichito solo tenía dos semanas y pensé que le podría afectar a la succión. Y no os voy a engañar, me puse celosa de que lo único que teníamos exclusivo Bichito y yo, ahora también fuera a tenerlo con su padre.

Y no pasó nada. Le costó varios minutos averiguar como funcionaba la tetina, porque le pasaba la lengua y no le gustaba, no era un pezón. Pero en cuanto hizo un poquito de succión y salió leche, se zampó 50ml en 2 minutos (no sé si es mucho o poco, simplemente es lo que ocurrió). Después se volvía a enganchar perfectamente a la teta.

Mi consejo: si os gusta ser previsoras, tened todo esto a mano. Quizás lo uséis más o menos, pero que nos os falten herramientas cuando las necesitéis, que si eso es a las 3 de la mañana, la noche puede convertirse en algo muy estresante.

  • ¿Chupete?

Hay chupetes monísimos, ya lo sé, pero algo que leí y que me daba miedo que pudiera ser cierto, es que también puede confundir al bebé y afectar en la succión.

Durante este mes, le hemos puesto el chupete a Bichito en contadas ocasiones. Una vez que íbamos por la calle de camino al pediatra (a la semana de nacer) y empezó a llorar muy desconsolado en el carrito. Llovía, así que no había otra opción. Le pusimos el chupete, lo cogió, se calmó, se durmió y lo escupió. Se lo retiramos y pudimos llegar bien al médico.

Otras veces que lo hemos intentado, como por ejemplo, alguna noche que no dejaba de quejarse, no ha cogido el chupete de ninguna manera.

A mí me gusta calmarlo con la teta. A veces hace lo que yo llamo “chupitos”. Succiones muy cortitas solo para quedarse dormido o hacer caca. Sí, a mi niño le gusta relajarse para cagar, ¿y a quién no?

Si a vosotras no os gusta estar con la teta fuera cada dos por tres, entonces podéis optar por el chupete. Y no tiene nada de malo, al contrario, estaréis más tranquilas, podréis descansar más y estaréis más felices en general.

  • Pedir ayuda siempre que se necesite

Durante los dos o tres días que estéis en el hospital, aprovechaos de las enfermeras y matronas.

El primer agarre de Bichito fue estando tumbada de lado. Y así me pasé todo el primer día. Durante la noche, quería incorporarme y darle sentada, pero no había manera aún sabiéndome toda la teoría. Su barriga estaba contra la mía, su cuerpo alineado con la cabeza, sus labios evertidos, mi areola dentro de su boca, pero me hacía daño. ¿Qué hacía mal?

Llamé a una enfermera y me corrigió la postura. Solo tenía que elevar un poco más a Bichito, y como por arte de magia, dejó de doler. Esta enfermera fue muy amable conmigo, y fue la primera de muchas que pasaron por la habitación, que me dijo que el agarre de Bichito era de 10.

Si ya no estáis en el hospital y aún necesitáis ayuda, recordad que tenéis grupos de lactancia.

  • Ignorar ciertos comentarios

Tenéis que estar muy seguras de vosotras mismas para que según qué comentarios no os afecten. Porque los recibiréis, aunque creáis que no, siempre habrá alguien.

Que si “no tienes leche”, que si “le vas a ahogar con tu teta”, que si “le das demasiado”, etc.

Las primeras que me agobiaron así, fueron mi madre y mi abuela. Lejos de hacerlo con mala intención se pusieron, una en cada lado de la cama, y empezaron a decirme cómo y qué tenía que hacer. Sin pensarlo dos veces, les dije que se pusieran a los pies de la cama y que fueran espectadoras, que yo ya sabía lo que tenía que hacer (esto llevando unas 30 horas sin dormir, después del parto y echa una mierda… hay que tener mucha paciencia, no solo con la lactancia sino también con las visitas).

También hubo una enfermera que vino y, hablándole a Bichito con voz infantil le dijo, “es que tu mami no tiene leche?“. Porque eran las 3 de la madrugada y yo no estaba muy lúcida, pero se hubiese llevado un zasca en cualquier otro momento. Así que como veis, hasta podéis encontrar personal sanitario tocapelotas.

Confiad en vosotras mismas y en vuestras tetas.

De momento no se me ocurren más puntos importantes. Eso sí, la lactancia es muy sacrificada. Mucho. Yo no sé si es porque Bichito es un pequeño gran monstruo que pesa 6kg con un mes que tiene, pero me paso el día con la teta fuera.

Lo máximo que ha aguantado sin mamar, han sido 3,5 horas, y solo ocurrió una vez. Lo normal es que pida a las 1,5 – 2 horas. Lo que yo creía que era la crisis de los 17 – 20 días, me tuvo dándole de mamar cada 45 minutos, y un niño tan glotón, requiere colecho.

Por otro lado, dicen que es porque huele mi teta, pero conmigo es incapaz de dormirse. Eso solo lo consigue maridín. Así que no sé como lo haré cuando él vuelva a trabajar la semana que viene.

En breve acudiré a un grupo de lactancia. Aunque crea que me va bastante bien, quiero estar en contacto con otras mamás y recibir soporte de una asesora, sobre todo de cara a cuando vuelva a trabajar. Ya os iré contando.

Si ya sois mamás, ¿cómo han sido (o están siendo) vuestras experiencias con la lactancia materna? Si estáis embarazadas o buscando el embarazo, ¿que opinión tenéis sobre la lactancia materna? ¿pensáis dar el pecho? ¿os estáis informando para cuando llegue el gran día?