Claves que se esconden tras una oferta de empleo.

Por Pabloadan

A menudo en la búsqueda de empleo o de nuevas oportunidades profesionales accedemos a una oferta publicada en diferentes medios.

En la mayoría de las ocasiones realizamos una lectura detenida de los requisitos de la oferta de empleo y valoramos si nuestro perfil se ajusta en mayor o menor medida a lo solicitado... y decidimos si enviar nuestra candidatura o no enviarla.

Lo primero que debemos de hacer es reflexionar sobre nuestra capacidad competitiva para presentar esa candidatura con posibilidades de éxito. Lo cierto es que si no somos realmente competitivos, y lo sabemos de antemano, más vale no presentarnos, salvo que podamos gestionar durante el proceso algún tipo de recomendación que pueda empujarnos hacia aumentar nuestra generación de confianza. La flauta no suele sonar.

En todo caso, detrás de una oferta de empleo se esconden algunas claves que suelen pasar desapercibidas para el lector más superficial.

Las 3 premisas

Para comprenderlas tenemos que partir de tres premisas:

  • En primer lugar debemos ponernos en la piel de quien va a leerla. Saber o intuir qué espera ver en nuestro Curriculum (odio esta palabra) o mejor en nuestro expediente profesional.
  • En segundo lugar hay que destacar que no existe, para la mayoría de los casos (exceptuamos ofertas de inscripción online o a través de Linkedin, por ejemplo) un formato único e irrenunciable de confeccionar nuestro CV.
  • Y en tercer lugar tenemos que saber que, según diversos estudios, un reclutador puede dedicar, en primera instancia, un máximo de diez segundos en supervisar (que no leer) nuestro expediente.

Es posible que la situación nos parezca injusta o poco adecuada en algo tan importante para nosotros como el acceso a un puesto de trabajo, pero hemos de comprender que ante un proceso de oferta de empleo en el que se pueden recibir más de 100 curriculums (sigo odiando esta palabra) no podemos pedir demasiado más.

Sea o no de nuestro agrado, hemos de adaptarnos a esta situación y competir para ganar.

Con 100 CVs (lo dejaremos así) se puede dedicar un tiempo a una preselección de los 10 mejores, que sean o que lo parezcan, para destinar a éstos un mayor tiempo de lectura.

Es decir, en primera fase se suele realizar una "lectura rápida". Y para adecuarnos a esta situación tenemos que jugar con inteligencia y picardía.

Las 2 claves

Lo primero que debemos ver en una oferta de empleo es el orden de prioridad en el que se redactan los requisitos. Este orden es el que la empresa le otorga mayor importancia, por lo que si ordeno mi CV en el mismo orden que la oferta, tengo mucho ganado para no pasar desapercibido. Ayudo al reclutador a que esa primera fase resulte cómoda y efectiva.

En este caso si se la da relevancia a cuestiones como los idiomas o las habilidades personales y sociales, además de experiencia y formación, es conveniente abrir un apartado específico para cada una de ellas.

En segundo lugar están las palabras clave que se encuentran en la oferta; es decir, aquellas que no están puestas por casualidad. Podemos seleccionar tres o cuatro de ellas para repetirlas tal cual en nuestro CV. Si lo hacemos así facilitamos que, en esa lectura rápida, que busca entre en el texto referentes que ayuden a la comprensión global, se encuentren las palabras y se identifique de esta forma la adaptación del contenido del CV a lo demandado.

Si actuamos de esta manera amplificaremos la probabilidad de que nuestro CV sea preseleccionado en ese oferta de empleo, frente a otros que posiblemente sean más competitivos que el nuestro pero que hayan podido pasar desapercibidos.

No es cuestión pues de ser el mejor, sino de gestionar mejor el proceso que los demás.

Todo esto y mucho más lo explicamos con más detalle en los Talleres de Búsqueda de Empleo de Mejora y Gana y en nuestras consultorías personalizadas para orientación profesional.