Revista Opinión

CLON MATA AL CLONADOR. Hoy, hace 20 años. 27 de noviembre de 2001

Publicado el 27 noviembre 2021 por Cronicasbarbaras

Como persona obtenida por clonación no soy culpable de la muerte del ser del que procedo, sino que lo son ustedes y el doctor Antinori, al que le permitieron hacerme a mí y a muchos otros clones.

Cuando tras crear a la oveja Dolly pasaron a cultivar humanos muchos científicos propusieron prohibir esas experiencias y aprobar solo que los embriones se destinaran a terapias que salvaran vidas.

Pero pusieron pegas religiosas al uso terapéutico de la clonación y, paradójicamente, no pudieron impedir los experimentos de gente como Antinori, el ginecólogo italiano que había propiciado el embarazo geriátrico en una mujer de 63 años.

No encarcelaron a estos nuevos Frankenstein que crearon humanos desconociendo las consecuencias y ahora, yo y el resto de los clones tenemos un desequilibro de genes, poseemos los más negativos o los más positivos de los humanos de los que procedemos.

Los Frankenstein no han podido controlar el equilibrio de los cromosomas X o los Y, o el 21, o los de la bondad o la maldad, y la mayoría de nosotros hemos salido ángeles o diablos.

Los ángeles son desgraciados, viven asustados, desconcertados y heridos por todo lo que les rodea, porque desconocen la maldad. Los diablos gozamos haciéndoles a ustedes culpables por acción u omisión de nuestra existencia y, por tanto, responsables de nuestros actos.

He matado al ser del que procedo porque mi herencia genética contiene acentuados sus peores cromosomas, igual que los del resto de los clones que han asesinado a los humanos de los que fueron fabricados.

Los hemos matado porque ya eran innecesarios estando nosotros aquí. Su desaparición no es un asesinato o un parricidio, sino el suicidio de una parte de nosotros mismos, y el suicidio no es delito.


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