La semana pasada me presentaba a un grupo de LinkedIn que está formado por personas mayores de 45 años que abogan por la igualdad de oportunidades a la hora de obtener un puesto de trabajo, independientemente de su edad.
En definitiva, me presente en el grupo como alguien, no solamente interesada en estos aspectos, sino también como alguien cuya cruzada o misión es precisamente poder mejorar la vida de estas personas a través del desarrollo personal y el Coaching. Voy a dividir este post en dos para que no resulte demasiado largo.
Leyendo la descripción del grupo que menciono, coincido con ellos, sobre todo en mi cruzada de aportar mi granito para que los profesionales del mundo sean iguales a la hora de presentarse a un puesto de trabajo y así, con pequeñas, pero significativas acciones, mejorar en la medida de mis posibilidades, la sociedad.
Cuando regresé de Inglaterra después de 10 años allí, me sorprendió que me pidieran foto y fecha de nacimiento en mi CV. No solo me sorprendió, ¡monté en cólera! Esto no ocurre en los países nórdicos ni anglosajones.
En fin, eso fue ya hace 10 años y estoy curada de espanto.
Si no es poco agravio que pidan foto y edad, ¿no es cierto que también nosotros a veces nos ponemos pegas a nosotros mismos al acudir a esas entrevistas, subestimando a veces nuestros logros, experiencia o capacidades? No sabemos vender nuestras habilidades porque no se nos ha enseñado. De hecho, creemos que eso es pedantería o prepotencia y por eso nos cuesta reconocer muchas cosas buenas que tenemos y hacemos.
Precisamente a eso me dedico ahora, al desarrollo personal, con especialidad en “emprendedores atrapados en cuerpos de oficinistas” (metáfora). No me refiero tan solo a los emprendedores tal y como hoy entendemos este término (parece estar tan de moda), sino a cualquier persona que desee emprender una acción x y se vea limitada por…sí misma generalmente.
Oficinistas o desempleados que quieren obtener resultados distintos, esos son mis clientes. Personas que se dan cuenta de que pueden hacer más y contribuir más, y a la vez, desconocen cómo. ¿Quién nació para ser auxiliar administrativo? ¿Es normal que aborrezca tanto los lunes? ¿Cómo salir de esta trampa, si es lo que me da de comer? ¿Cómo recupero la ilusión?