Cop Car
Año:
2015
Fecha de estreno:
27 de Noviembre de 2015
Duración:
86 min
País:
Estados Unidos
Director:
Jon Watts
Reparto:
Kevin Bacon, James Freedson-Jackson, Hays Wellford, Shea Whigham, Camryn Manheim
Distribuidora:
La Aventura Audiovisual
Las películas de Jon Watts han empezado a proliferar por las carteleras del mundo desde que se conociera la noticia de que sería el director del esperado remake de Spiderman, cinta que ahora sí va de la mano (al menos parcialmente) de la renombrada Marvel Studios y toda su maquinaria hacedora de blockbusters de éxito. ‘Coche Policial’ es el ejemplo de las carteleras españolas y la cinta que hoy nos ocupa, pero tanto ésta como su predecesora, la divertidísima Clown, han empezado a aparecer en las salas del mundo para todo aquél que le interese saber qué es lo que el director puede ofrecer. ¿Y qué es lo que Watts ofrece? Muchos han sido los que han salido desconcertados con estas dos películas, ya que ambas se encuentran en ese particular y peligroso limbo: tienen demasiada preocupación por lo formal como para resultar cómoda al espectador común que acude a una sala, sin embargo tienen ese halo de ‘intrascendencia’ que impide que el ambiente festivalero las celebre y las premie (mucho más preocupado por aquellas películas que buscan provocar impacto y herir sensibilidades). Clown y Coche Policial no son más que dos historias de corte muy clásico; un pequeño recorte de la ‘realidad’ con un tono disparatado que termina como empezó, sin cambiarte la vida, sin hacerte pensar mucho, pero con muchas risas y diversión de por medio. En las próximas líneas desarrollaré porqué la película protagonizada por Kevin Bacon es una de mis favoritas del año, y por qué creo que Watts puede darle al héroe arácnido ese toque especial que hace mucho tiempo supo darle el gran Sam Raimi.
Coche Policial se cocina a fuego lento, se toma el tiempo para desarrollar cada una de las escenas, con una cámara muchas veces fija y con planos abiertos que configuran una fotografía agreste y pueblerina, aunque no apostando por lo espectacular (como sería el caso de La Isla Mínima, por ejemplo) sino resaltando lo monótono y lo aburrido. Y es que es en el seno de ese Estados Unidos rural, aburrido, lento, torpe y hasta retrógado, a donde el director quiere llevarnos; es donde dos niños no muy brillantes harán un hallazgo que a sus ojos y en su contexto es extraordinario: un coche de policía abandonado en medio de la nada. Conocemos esa fascinación por lo prohibido y más por ostentar aunque sea nominalmente ese poder superior que las fuerzas de orden parecen tener, por lo que podemos entender más o menos lo que estos niños terminan haciendo, más allá que sólo en su particular visión del mundo era un plan que podía resultar bien. Y sobre todo si el dueño de ese coche no es lo que esperaban.