Coches de color orange-nassau

Publicado el 23 octubre 2015 por Catgo

Este pasado verano tuvimos la oportunidad de visitar el Paleis Het Loo en los Países Bajos, donde nos llevamos una agradable sorpresa, que nos ha parecido interesante compartir en el blog.
El Paleis Het Loo (Palacio del bosque) está en la ciudad de Apeldoorn, a unos 100 km al sureste de Ámsterdam y, aunque actualmente es un museo, hasta el año 1962 fue la residencia de verano de la Familia Real. Lo mandó construir el aristócrata holandés, Guillermo de Orange en 1686 como un pabellón real de caza y, por voluntad de la propia reina Guillermina, la propiedad pasó a manos del estado neerlandés tras su fallecimiento en 1962. Por cierto, comentar que Guillermo de Orange contrajo matrimonio con Maria de York, hija del rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, hecho que lo convertiría en rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda al acceder su esposa al trono tras la Revolución Gloriosa.
El palacio es un edificio exteriormente poco ornamentado, lo que oculta la opulencia decorativa de su interior, y debido a su grandiosidad llegó a ser considerado como el Versalles de los Países Bajos. Desde 1984 es un museo dedicado a la Casa de Orange-Nassau y además acoge el Museum van de Kanselarij der Nederlandse Orden, cancillería de las órdenes de caballería neerlandesas.


Entre todos los elementos expuestos, los que personalmente más nos llamaron la atención fueron los que forman parte de la colección de carrozas, trineos y coches, propiedad de la Casa Real pero ya fuera de uso, que se exponen en las antiguas caballerizas. Unos establos que fueron construidos en 1909, tomando como modelo los del castillo de Schewerin lugar de nacimiento del príncipe Enrique, marido de la reina Guillermina, y que sustituyeron unos anteriores del siglo XVIII. Aunque actualmente esos establos ya no son oficialmente las caballerizas reales –ahora están en el Noordeinde Palace de la Haya- todavía conservan un espacio destinado al cuidado de 88 caballos ya “jubilados”, que varias veces al año participan en exhibiciones sobre montaje y desmontaje de caballerías en carruajes, promovidos por los responsables del departamento de establos reales de la corte holandesa.


Una de las piezas más llamativas de todas las expuestas es el carruaje funerario de la reina Guillermina. La carroza está completamente cubierta por ropajes de color blanco-crudo ya que la reina opinaba que ese color simbolizaba la esperanza de alcanzar una vida mejor tras la muerte. Es por ese motivo que el color blanco es el color de luto de la corte holandesa.
Junto a las salas principales hay otras más pequeñas donde se guarda una importe colección de arneses para caballerías con los escudos de armas de la corona, y libreas de cocheros, lacayos y choferes, que sirven para constatar cómo ha ido evolucionado el ceremonial de la Casa Real desde el pasado hasta la actualidad. En la parte final de la exposición, usando los antiguos boxes de los caballos y mediante una llamativa exposición multimedia con fotos, videos y elementos interactivos se puede recorrer la vida de los Orange y de sus antepasados. Lamentablemente para los que no sabemos neerlandés solo podemos disfrutar de las imágenes.
Tal y como nos indican al principio del recorrido, tradicionalmente la dignidad real siempre ha ido emparejada a la ostentación y, además de los palacios y de la forma de vestir, el uso de medios de transporte inusuales y diferentes también ha sido un medio para expresarla. Según se dice: “los medios de transporte de los monarcas deben ser de una calidad y confort impecable, además de exudar dignidad real por los cuatro costados”. La mayoría de los vehículos expuestos tienen ese atractivo, evidentemente situándolos en su respectivo contexto histórico. El uso de terciopelo y seda de color rojo en el tapizado interior, así como las pieles para cubrirse son algunos de los elementos que forman parte de ese lujo y esa ostentación. Incluso los vehículos a motor que vinieron a sustituir a los tirados a caballo son lujosos modelos vintage.



En 1904 la reina Guillermina y el príncipe Enrique viajaron por primera vez como pasajeros en un vehículo a motor, un carruaje motorizado del tipo Victoria. En 1908 adquirieron el primer coche de su propiedad y desde entonces el uso de carruajes se empezó a extinguir hasta solo mantenerse en los actos de gran ceremonial como es el Prinsjasdag (apertura anual del Parlamento), los enlaces reales y para transportar a los embajadores el día que entregan al monarca las cartas credenciales en el palacio de la Haya, un ceremonial relativamente nuevo ya que se introdujo en 1980 a iniciativa de la ex reina Beatrix.
Por el parque móvil ha pasado una gran flota de vehículos principalmente de marcas estadounidenses. Si en 1908 el primero fue un Renault, en los años 30 tuvieron su primer Cadillac, y a partir de final de los años 40 empezaron a viajar en vehículos Ford, de los que hay algunos en la exposición. A pesar de los magníficos carruajes expuestos, es evidente que la llegada de los modernos, rápidos y cómodos vehículos a motor fue razón suficiente para relegar los ostentosos carruajes a la historia. No obstante, uno de los que todavía están en uso está el Carruaje Dorado, que debido a que todavía se suele ver en los grandes eventos reales se mantiene al margen de la exposición. Incluimos la imagen de una maqueta que vimos expuesta en La Haya.

Maqueta del Carruaje Dorado a su llegada al Parlamento durante el Prinsjasdag


Además de la carroza fúnebre, de la que ya hemos hablado, destacar tres de las piezas expuestas. El carruaje-estudio de pintura de la reina Guillermina, en el que la reina nunca viajaba y solo utilizaba como estudio móvil, que un cochero conducía hasta el lugar elegido por la reina y a donde ella se desplazaba en otro vehículo; el carruaje, de 1909, disponía de una estufa y de un sistema para preparar té en su interior. El trineo de la cabeza de león, que la reina Guillermina regaló a su esposo en 1925, y que en la actualidad todavía se suele usar para acompañar a determinados invitados reales a pasear por la nieve. El Fiat verde, regalo de bodas que recibieron la princesa Beatrix y el Principe Claus en 1966, y que usaron como vehículo de incógnito, ya que tenía una matrícula normal, diferente a las que suelen usar los vehículos del parque móvil real.
Frente a la zona de los establos está el Gran café Prins Hendrik garage, que como su nombre indica fue el garaje en el que empezaron a guardarse los vehículos a motor que empezó a adquirir la Casa Real desde principios del siglo XX.

Como suele ser habitual en los Países Bajos, el palacio tiene una zona de juegos para niños






Para saber más:
Los Estados de la Unión Europea: Los Países Bajos
Durante el Prinsjesdag el protocolo es el rey