Antes de que entrara el invierno hice estas galletas con un cortador de champiñon chulísimo y enorme para alegrarme el otoño..... Y sin ser nada original a la hora de pensar en los colores, los hice con el capuchón rojo con puntos blancos, de nuevo practiqué la decoración de galletas... es el único secreto la práctica.
La consistencia es básica para que la galleta quede bien cubierta y no se note el borde. Para mi gusto es lo que mejor queda. Cuando haces el glaseado primero trazas el borde del dibujo, en este caso un champiñón y luego rellenas. Pues bien, según lo rápido que seas y la consistencia de la glasa el borde se notará más o menos.
Si te gusta más así, con un borde bien perfilado, no pasa nada, para gustos los colores. En ese caso podrías jugar con dos tonos del color, uno mas claro que el otro lo que le da un contraste muy interesante.
Acercarse más o menos al borde es también cuestión de preferencias o de hábito. Yo no consigo separarme del borde, por más que lo intento siempre trabajo demasiado al borde.
El toque de color lo dan los colorantes en polvo con los que intenté pintar la "suciedad" propia de un champiñon, en marrones y verdes, intenté darle el mayor realismo.
¿Quedaron bien?.... Ya me contareis....