Cocina Creativa Vegana: Pastel de patata, cherries y albahaca

Por Createandshare @CreateShareBlog

Para el pastel

  • Pasta filo
  • Patatas
  • Leche de soja
  • Margarina
  • Sal, pimienta y nuez moscada

Para los tomates

  • Tomates cherry
  • Salsa de soja
  • Vinagre de arroz
  • Aceite de oliva
  • Azúcar, sal y orégano
Otros ingredientes
  • Brotes de ensalada
  • aceite
  • sal
  • vinagre de Módena

ELABORACIÓN

A funcionar. Antes que nada, nos ponemos con los tomates. Les hacemos un corte superficial pequeñito en forma de cruz en la base, para que cuando los escaldemos se puedan pelar con facilidad. Preparamos un cazo con agua, un buen chorro de salsa de soja y un punto de vinagre de arroz. Cuando rompa a hervir, escaldamos los tomates en el agua unos segundos, 10 como mucho. Escurrimos y los enfriamos rápidamente. Los extendemos en una bandeja de horno, rociamos con aceite y los ponemos a punto de sal, azúcar y un poco de orégano. Los metemos al horno a potencia mínima. Queremos que pierdan todo el agua que contienen y adquieran el aspecto de una pasa. Tardarán unas 4 horas. Vigilad la potencia cada 20 minutos para que no se quemen. La ultima hora valdrá con el calor residual. Puede parecer laborioso, pero el resultado es espectacular; los sabores se concentran al máximo y adquieren una potencia de sabor que no es comparable a ninguna otra elaboración.

Nos ponemos manos a la obra con el puré de patata. Envolvemos las patatas en papel de aluminio y las colocamos en una fuente de horno. Las asamos a 180 hasta que al pincharlas con un cuchillo las notemos tiernas. En ese momento, las sacamos y con cuidado de no quemarnos, las pelamos; procurad ser rápidos para que no pierdan mucho calor. Las pasamos todas a un bol o cualquier otro recipiente más bien grande. Las chafamos con un tenedor y las mezclamos con margarina y leche de soja. No hemos detallado las cantidades porque las posibilidades son tantas como los gustos de cada uno. La idea es que quede un puré muy muy cremoso y con un sabor más bien graso a la vez que delicado. Os diría que no tengáis miedo con la margarina, y la leche la uséis para aligerar y dar fluidez al puré. Poned a punto de sal, pimienta y nuez moscada y reservad hasta el momento de servir.

Ahora preparamos las tartaletas con la pasta filo. Derretimos margarina en un bol y sobre una superficie lisa vamos estirando las hojas de pasta filo. Untamos un poco de margarina con ayuda de un pincel y colocamos otra hoja de pasta. Así hasta que terminemos todo el paquete. Cuando esté lista la plancha, espolvoreamos un poco de orégano y las cortamos con la forma que más nos guste. Nosotros hicimos rectángulos, pero perfectamente podríais darle forma redonda con un corta pastas. Colocamos las tartaletas en una bandeja de horno sobre una hoja de papel sulfurizado, cubrimos con más papel y le colocamos algo de peso encima (unas legumbres, por ejemplo). Horneamos a 180 unos 20 minutos. Cuando tomen un color tostadito por arriba las sacamos.

Y vamos estando listos para irnos a la mesa. Si se os ha quedado el puré frío, cubridlo y calentarlo, preferiblemente al baño maría; si no, al microondas y le añadís un poco más de leche si pierde textura. Presentad  la tartaleta al fondo del plato, el puré encima y unos cuantos tomatitos bien repartidos. No abuséis porque tienen mucho sabor. Preparad unos brotes de ensalada con aceite, sal y un chorrito de Módena y servidlos de acompañamiento, le vienen fantásticos a esta receta.

Aunque esta receta os pueda parecer complicada o larga, no os defraudará. Es elegante, sabrosa y delicada a la vez. Poneros una buena selección de música, escoged vuestro mejor mandil y disfrutad de lo que hacéis, ese es nuestro mejor consejo.