Esta biopic (2009) de Anne Fontaine y adaptación del libro biográfico ‘L’Irreguliere’, de Edmonde Charles-Roux, es un ejercicio estético y de sensibilidad puramente femenina que retrata sólo en la superficie el duro y ejemplar tránsito de la vida de una fémina única que fue capaz de dar a la mujer un estilo personal que traspasó fronteras y épocas, gracias al espíritu visionario, irreverente e iconoclasta de la gran diseñadora de moda que fue Coco Chanel marcando en un principio la moda de los excesivos años 20’s y siguiendo hasta nuestros días.
La recreación descontextualizada del momento histórico de conflictos sociales como, la primera guerra mundial (son las primeras décadas del XX), hace de la historia un ejercicio vaciado de realidad con las consabidas y remarcadas diferencias entre las clases sociales. La boyante clase burguesa y la aristocracia decadente remarcan en la clase obrera un destino de utilitarismo descarado en el que la protagonista nada a contra corriente y escala con la uñas hasta lograrse un lugar en el mundo de la alta costura.
El defecto de la película es presentar de manera romántica y soñadora la complicada realidad de una joven pobre y ambiciosa que debe sacrificar su dignidad junto con su hermana, viviendo en un estado que cruza en algunos momentos la delgada línea entre la prostitución y el mundo de las damas de compañía, para lograr sus objetivos vitales. Todo se reduce con elegancia anecdótica restándole humanidad y fuerza a la persona real.
Comparable con el mundo de la moda, esta película es algo así como el producto en la vitrina o en la pasarela, sin conocer que hay detrás en el proceso de creación: la elección de las telas, las combinaciones, los cortes, los bocetos, el estilo, etc., ver a esta Coco exitosa elegante y acertadamente interpretada por Audrey Tautou (la famosa 'Amelie'), podría habernos conmovido si hubiésemos asistido con credibilidad y humanidad a la luchada transformación de alguien que cose y canta, es humillada por sus jefes, luego por su millonario amante (Benoît Poelvoorde) que la acoge a regañadientes, por su gran amor que la engaña (Alessandro Nivola, Jurasic Park III), para terminar felizmente transformada en una mujer independiente, y exitosa que creó un estilo inconfundible de vestir: sombreros sobrios y con cortes masculinos, sastres para la mujer que gana espacios laborales y de poder, la fragancia de la que Maylin Monroe dijo: ‘Con Chanel No. 5 no necesito llevar nada más puesto encima’.
Destacan en el film la afinada caracterización que Audrey Tautou realiza de Coco Chanel, el modo como a partir de sí misma reinventa la moda usándola al estilo garçon y la deliciosa transformación visual que tiene de principio a fin; el rescate de lo sobrio como sinónimo de elegancia y feminidad; pero queda corto el personaje controvertido de carne y hueso que nunca conocemos en esta aséptica visita a la gran diseñadora.
Notas:
Muchos vestuaristas recurren a Chanel para vestir a sus luminarias como el caso de Victoria Abril en la irreverente película de Pedro Almodóvar sobre la difícil relación filial entre una madre y una hija ‘Tacones lejanos’, al lado de la gran Marisa Paredes. Aquí la Abril luce Chanel de pies a cabeza: ropa, accesorios, bisutería, etc.
Coco Chanel también es interpretada ya en sus años maduros por la gran Shirley McLaine y joven por Barbora Bobulova en la versión para televisión del 2008 de Christian Duguay. La veterana actriz fue nominada a los premios Emmy 2009 a Mejor Actriz Principal en Miniserie o Pelicula para TV.