Son deliciosas, hay quien dice que es la mejor parte de la merluza o del bacalao, estoy de acuerdo, pero no son baratas, cosa que no me explico, pues resultan más caras que estos pescados enteros. ¿Será porque se demandan mucho y hay pocas? Su textura muy gelatinosa convierte este plato en un manjar ¡ojo! que algunas personas no las querrían por eso mismo.
Las dejamos caer, blandamente, en una sartén con una lumbre baja, sobre el aceite de oliva fabuloso que solemos gastar los españoles y allí sumergidas despacio y mareadas con una mano experta (no me refiero a la mía, que no soy pretenciosa) de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, las dejamos hacer. Ya puestas sobre el plato nos veremos transportados al paraíso... ¿por qué no? mejor con un buen vino blanco, fresquito, que también España nos regala sus buenos caldos.
Ingredientes:
- Cocochas 250 gr.- Ajos 4 dientes.- Guindilla roja seca.- Aceite de oliva 3 cdas.- Perejil picado.- Sal.
Elaboración:
Ponemos la sartén al fuego con el aceite y echamos los ajos cortados a ruedas y un trozo de guindilla.
Lavamos las cocochas y les eliminamos las espinas, si las llevasen. Las secamos perfectamente.
Cuando los ajos tomen color dorado (cuidado con no tostar demasiado) añadimos las cocochas. Ponemos un poco de sal y las deslizamos sobre el fondo de la sartén, haciendo movimientos circulares. Enseguida el aceite tomará cuerpo y se volverá denso. Las volvemos del otro lado y las terminamos de hacer.
Corremos con ellas a la mesa ¡¡¡¡qué se enfrían!!!!