Editado en Francia en octubre de 2007, el primer disco de Cocoon llego a vender 20.000 copias. Ahora llega a España sorpresivamente tras ser incluido uno de sus temas en un anuncio de la lotería. Más vale tarde que nunca. No recuerdo en que blog vi este disco, pero lo escuché inmediatamente y me enganchó con facilidad. En Abril de 2008 escribía esto sobre My friends all died in a plane crash:
"Todos mis amigos murieron en un accidente de avión" es el título del disco debút de los franceses Cocoon. Nada que ver con la serie Perdidos, el titulo es revelador de la ironía de un dúo que mezcla a la perfección tristeza y folk depresivo con canciones que son una celebración de la vida. Cocoon trasmiten la calma de estar solo y muerto pero con una ironía y despreocupación sorprendente. Hermosas melodías acústicas muy sencillas tocadas con piano, guitarra acústica y un ukelele que transportan a un lugar donde alcanzar la felicidad es todo un logro y desafío, una conquista imposible... así que mejor cantar despreocupados por las calles.
Cocoon es un dúo de veinteañeros franceses. Mark Daumail encargado de la guitarra, ukelele y caja de ritmos y la rubia Morgane Imbeaud, voz y teclados. Cantan en inglés y están metidos hasta las barbas (y la camisa de cuadros) en la escena neofolk, son franceses pero por momentos sus canciones hunden sus raíces en la americana más profunda.
La estética otoñal y los bosques le van como anillo al dedo a este disco, que no solo se queda en la estética y encierra contenido. My friends all died in a plane crash es triste, y sobre todo lo es porque nace de un hecho real. De manera similar a como surgió el gran Funeral (2005) de Arcade Fire, Daumail perdió a parte de su familia y amigos en un accidente de avión y se decidió a contar la historia. No se asusten, esto no es música de autoayuda ni letanías de semana santa. Las canciones de Cocoon basculan entre la desconsolación y el optimismo, para alcanzar un sentido de catarsis. Pura ciclotimia con disfraz de canción.
El disco ofrece una coherencia sorprendente para un par de personas tan jóvenes. Canciones de apenas tres minutos, enormemente disfrutables y diferenciables entre ellas. Abre el tema que da título al disco y le sigue Vultures, de sabor fronterizo y aromas country. On my way, uno de los singles extraídos, posee un estupendo y suave riff de guitarra, teclados y una de las armonías más conseguidas del disco entre ambas voces. Al igual que en el reciente Realism (2010) de The Magnetic Fields por el camino aparece un villancico Christmas song, teñido de falsa alegría navideña y panderetas pues no puede ser más desolador. La estremecedora Tell me incluye alguno de los versos más duros del disco “I´ll need a gun or a hand / There´s god, but he want cash”, Paper Boat es una nana bucólica y la televisiva Chupee tiene un tono más infantil.
Hasta doce cortes que navegan entre la melancolía y el conformismo, amargura disfrazada de pop y asqueamiento cínico ante un mundo exterior capaz de traicionarte cuando menos te lo esperas. Frágil y sencillo, acústico y dulce pero cargado de afilada ironía y de dolor punzante.
Estupendo videoclip de On my way
Al bosque con la televisiva Chupee