Completamente desconcertado, el capitán Colter Stevens despierta en un tren de cercanías rumbo a Chicago suplantando a otra persona. Poco después, descubre que gracias a la aplicación militar conocida como "código fuente" puede viajar en el tiempo ocho minutos antes de que se produjera un atentado terrorista en el tren, tiempo que deberá emplear para identificar al culpable y evitar que continúe sembrando el caos en el futuro.
A finales de 2009, el debutante director Duncan Jones, hijo de David Bowie, nos sorprendió a muchos con Moon: largometraje de ciencia ficción que aprovechaba al máximo sus recursos y actor principal para narrarnos una historia heredera de los títulos emblemáticos del género. Tal fue su impacto que el actor Jake Gyllenhaal no dudó en confiar en el director para hacerse cargo del proyecto en el que se hallaba inmerso, Código Fuente, película en la que Jones ha tenido ocasión de desarrollar elementos ya presentes en su anterior trabajo.
Con el guión de Ben Ripley como base, Código Fuente supone un trepidante thriller de ciencia ficción que, con un ajustado presupuesto, aprovecha los escenarios en que se desarrolla la acción mezclando cierto toque propio del cine de Hitchcock con referencias a la situación de Bill Murray en la mítica Atrapado en el tiempo. Al igual que en Moon, la trama plantea una serie de preguntas relativas a la manipulación del individuo para fines mayores que no dejarán indiferentes a los espectadores, todo ello condensado en hora y media de metraje durante la cual Jones hace gala de un estilo sobrio, sin excesivos artificios que emplea los rescursos a su disposición en beneficio de la historia y los personajes.
En el reducido reparto cobran especial importancia los secundarios Jeffrey Wright (Casino Royale) y sobre todo los personajes de las grandes actrices Vera Farmiga (Up in the Air) y Michelle Monaghan (Adiós, pequeña, adiós), quienes influirán en las decisiones que tomará el protagonista, interpretado por Jake Gyllenhaal. Este actor ha demostrado ser capaz de interpretar papeles de cierta profundidad y aguantar el peso de la película siempre que esté en las manos adecuadas, como en los casos de Donnie Darko, Brokeback Mountain o Zodiac, pero también de que sus personajes corran la misma fortuna que el bochornoso Prince of Persia. Por suerte, en Código Fuente está a la altura de las circunstancias y refleja las dudas del protagonista de modo que podamos identificarnos con él.
Cosechando buenas impresiones allá donde se estrena, Código Fuente supone la consolidación de Duncan Jones como director de ciencia ficción, ofreciendo a los espectadores una trepidante y rica historia en la que sumergirse. Gran película.