Lo mejor, además de su sabor, es la facilidad para prepararlo. Según la versión que más te guste, lo puedes hacer hervido, asado o, como nosotros, un fifty-fifty y comenzar hirviéndolo para acabar asándolo. Mantiene todo su sabor pero reducimos unas cuantas horas de asado. Y es tan fácil que en la receta de hoy no vais a encontrar muchas fotos del paso a paso (se nos olvidó hacer alguna más... ejem...), pero tranquilos por que ya veréis que no tiene pérdida :).
Parecen unas raciones enormes, pero si os fijáis bien en la siguiente foto veréis que gran parte de la pieza es hueso, así que no os dejéis engañar por el tamaño, no tienen tanta carne como parece ;).
Ingredientes (para 2 personas)
- 2 codillos en salmuera (uno por personas)
- 1/2 cebolla grande
- 1 zanahoria
- 2 hojas de perejil
- Aceite de oliva
- Pimienta
Pela la zanahoria y la media cebolla.
Mete en una olla exprés rápida los dos codillos, la media cebolla, la zanahoria y las hojas de laurel. Sobre todo no añadas sal por que este codillo ya está salado.
Pon a precalentar el horno a 220ºC calor arriba y abajo.
Mientras la olla saca el resto de vapor antes de abrirla, prepara la bandeja del horno cubriéndola con papel de aluminio. Con cuidado, pasa los codillos a la bandeja y añade un poco de aceite y pimienta molida por encima. Si quieres acompañarlo de patatas asadas, las puedes colocar en la misma bandeja.
Mételos en el horno durante una hora aproximadamente, hasta que veas que la piel ha adquirido un tono bien dorado y la carne está tierna.