Hoy os traigo una nueva solución con cordero, perfecta para una comida especial ¡se acerca el día del padre!
Con esta receta estoy segura que vais a sorprender e impresionar a todos los comensales. El resultado es una carne oscura, por el vino, pero muy tierna y jugosa, con un sabor impactante, muy aromático.
En esta receta tan importante es, la calidad de la carne, como el vino que utilicemos, ya que los aromas van a depender en buena medida de él. ¡Un Rioja perfecto!
Ingredientes:
3 codillos de cordero
250 ml. de vino de Rioja de buena calidad
100 ml. de vinagre de Módena
300 ml. de caldo de carne
1 cabeza de ajos, 2 hojas de laurel, romero
Pimienta negra molida y unos granos de pimienta negra
½ cucharadita de pimentón
3 zanahorias
2 cebollas rojas
Preparación:
Precalentamos el horno a 150º.
En una sartén con 3 cucharadas de aceite doramos los codillos después de salpimentarlos.
Mientras en una cazuela, apta para horno, ponemos el vino (de una cierta calidad) mejor un Rioja y el vinagre de Módena. Llevamos a ebullición.
Cuando los codillos estén dorados por todos los lados los pasamos a la cazuela, añadimos la cabeza de ajos (que habremos partido por la mitad en sentido horizontal), el laurel, unos granos de pimienta, el pimentón, el romero y el caldo.
Tapamos la cazuela y la introducimos en el horno 1 hora.
Pasado el tiempo, sacamos la cazuela del horno y añadimos las zanahorias, peladas y cortadas en rodajas y la cebolla cortada en juliana gruesa.
Comprobamos el punto de sal y es el momento adecuado para añadir un poco más de romero. Volvemos a introducir en el horno. Dejamos 30 minutos más.
Pasado este tiempo destapamos la cazuela y dejamos hacer 1 hora.
Al estar la cazuela destapada la salsa se reducirá y conseguiremos una salsa más concentrada y con sabores más intensos.
En esta ocasión lo he servido con patatas fritas en cuadraditos.