El otro día, en el blog de mi colega Alfonso Rabanal descubrí una pintura que me llamó la atención. Su autor es Velpister, a quien no tengo el gusto de conocer. Me ha gustado tanto que he decidido compartila con vosotros. En un mundo donde las artes plásticas se tienen cada vez menos en cuenta y donde algunos intelectuales ningunean la escultura*, despreciando por ende a artístas como Miguel Ángel Buonarotti, Bernini o Jorge Oteiza, resulta gratificante encontrarse con modos de expresión libres y personales, sin modas ni cuadros blancos y negros. Velpister, con esta tabla titulada "Cola para genocidio", aporta su visión del mundo de masas a través de un lenguaje neo-expresionista alemán cargado de materia y fuerza, lleno de voz, de entrañas, de casquería humana que refleja la contradicción de sociedad donde vivimos.
Gracias Velpister, y mucha suerte en este mundo tan poco valorado.
* “del denominado arte de la escultura no hablo porque es la actividad más absurda que puede abordar una persona junto con el punto de cruz” [Fragmento de Nocilla Lab, Agustín Fernández Mallo, Alfaguara, 2009] "parece mentira que un físico infravalore un arte que juega con el espacio" [M.C]