Hace algunas semanas, alguien que había encontrado El Redondal por esos azares de las redes, me escribió proponiéndome una colaboración entre nuestros blogs en forma de intercambio de artículos.
No era algo que me hubiera planteado hacer a priori, pero su tono era tan educado y simpático que decidí al menos visitarla. Me encontré con esta maravilla:
Fisgando un poquillo supe que La Bestia lectora es un proyecto conjunto entre el programador Damián Álvarez y la que se llama a sí misma tan solo Lectora – para mí visto el contenido de su blog es una experta en la materia de la que habla, libros, por supuesto – Tes Nehuén. Mejor dejo que os lo cuenten ellos, pues tienen una sección explicativa, Bestias
Ambos han dado vida a un blog literario muy especializado en Poesía, aunque encontraréis igualmente ensayo y ficción. Y es una gozada leerlo, porque además se aprende. Sus biografías de autores son más que destacables, las colaboraciones ¡Y los juegos! ¡Que tienen una sección dedicada a juegos con el Ahorcado que es un vicio de los malos!
Tenía que aceptar la colaboración. No me sentía muy a la altura de semejante pedazo de blog, pero me dije: “Tes escribe con la cabeza, metódica, seria y detallista, yo lo hago con las tripas, más a bulto y a emociones, riéndome hasta de mi sombra… igual la mezcla resulta”
Y resultó. No le pido que nos hagamos blogs hermanos como el asunto ese de las ciudades hermanas porque no existe tal cosa – jajaja. Vamos que paso de reírme literariamente porque onomatopéyicamente libera más potenciales –
Y ese resultado que resultó, aquí y a continuación lo tenéis. Decía que no sabía de Fantasía, y con Tolkien no me atrevo ni yo que soy una iconoclasta. Aún estoy boquiabierta. Vosotros, cuando acabéis de leerla, cerrad la boca que entran moscas.
La gran historia de amor de J.R.R. Tolkien: Beren y Lúthien
Por Tes Nehuén de La Bestia Lectora Desde El Redondal
Beren y Lúthien es la gran leyenda de amor escrita por J.R.R.Tolkien. Una historia que cabalga a través de dos personajes que, perteneciendo a pueblos distintos, se aman y luchan por consolidar ese amor frente al mundo cueste lo que cueste. Una historia de amor fascinante, atravesada por la guerra y la desesperación, que apareció por primera vez en El Silmarillion y que ahora ve la luz de forma independiente, en una exquisita edición de Minotauro, con notas y comentarios de Christopher Tolkien, el hijo del escritor, y unas fabulosas ilustraciones de Alan Lee.
El amor y la guerra
Beren y Lúthien son dos personajes que han acompañado a Tolkien lo largo de toda su vida y que aparecen, a veces con otros nombres, en todas sus obras. Se cree que a través de esta relación indestructible el escritor anglosajón inmortalizó su amor y devoción hacia su esposa, Edith Mary Bratt. De hecho, en la lápida que ambos comparten, son éstos los nombres que aparecen. ¿Cómo no íbamos a dedicarle un libro único y delicado a los amantes amados de Tolkien?
A través de esta lectura podemos descubrir la ternura siempre presente en la obra de Tolkien y también su visión pesimista respecto al mundo de los hombres. Sin embargo, la historia de amor entre Beren y Lúthien nos invita a redescubrir y pararnos, sobre todo, en esa mirada luminosa que no falta tampoco en ninguna de sus narraciones. Aquí podemos disfrutar de una historia donde la guerra modifica el mundo y amenaza al amor, se lo traga todo, y consigue romper incluso aquello que parecía destinado a sobrevivir para siempre.
Seguramente es ésta una de las más épicas historias de Tolkien, en tanto y en cuanto narra el viaje del héroe en un tono que a ratos tira de la poesía épica y, que en su tono narrativo, va abrazando diversas voces, intentando conglomerar todas las experiencias y emociones en pos de un objetivo claro: alcanzar una mayor conciencia del mundo, es decir, explicar mejor el corazón de la humanidad. En lo que respecta a su forma, cumple con creces con lo que una espera de una buena aventura épica.
El equilibrio que se establece entre violencia y ternura es otro de los rasgos fundamentales de esta obra. A lo largo de la historia asistimos a las imágenes más crueles de la batalla, pero también a situaciones cotidianas de fidelidad, amistad y amor, que pueden servirnos para comprender la amplitud del pensamiento tolkiano. De este modo, Tolkien consigue ofrecernos luz en medio de las tinieblas y nos invita a pensar en la parte clara de la existencia.
En lo contextual habría que señalar que Tolkien escribió esta novela cuando volvió de Somme, donde combatió durante la Primera Guerra Mundial, y donde vivió algunas de las experiencias más significativas y dolorosas de su vida: en el campo de batalla perdió a dos de sus grandes amigos. Es posible que el dolor de la pérdida sea el responsable de cierta ensordecedora tristeza que abarca el tono de este libro; no obstante, quizá gracias el recuerdo de esa amistad y el amor que sentía hacia Edith le hayan servido de aliciente para sobrevivir con ilusión a tan devastadora experiencia. Probablemente, es gracias a ello que ha podido dejarnos aquí algunas de las escenas más hermosas de toda su obra, donde el amor y la lealtad son protagonistas.
Por qué hay que leer esta novela
Entre las buenas razones para no perderse esta historia hay que destacar los fabulosos comentarios y aclaraciones de Christopher, que resultan muy útiles no sólo para comprender esta historia en particular, sino también para tener una idea más amplia de todo el universo de Tolkien, de su forma de trabajar y de pensar. Asimismo, las ilustraciones de Alan Lee también merecen muchísimo la pena, y constituyen otra buena razón para no perderse esta maravillosa historia.
Respecto a la tristeza que señalaba antes, es importante aclarar que también tiene que ver con el tipo de historia que Tolkien se proponía escribir. No debemos olvidar que la melancolía por el tiempo perdido es uno de los rasgos principales de cualquier historia épica. Es la pérdida lo que lleva al poeta o al narrador a contar sus aventuras, y el deseo de conseguir resignificar de alguna forma el sufrimiento de los que han quedado por el camino. Quizá podría ser ésta una buena novela para internarse en la lectura de este tipo de narraciones, para llegar más tarde a obras indispensables como la Eneida de Virgilio y la Odisea de Homero, que nadie NADIE debería perderse.
Por último, si ya has leído a Tolkien, conocerás de sobra a Lúthien y Beren y quizás pienses que no es necesario leer este libro. No obstante, creo que merece la pena leer esta novela para acercarte a ellos en solitario y conocer más detalles de su historia.
En cuanto al tono y el ritmo es un libro que se acerca más a El Simarillion, evidentemente. Esto significa que por momentos el ritmo es lento porque aparecen extensas descripciones y largos poemas que ralentizan el curso de los acontecimientos. O sea que no vas a encontrarte con El señor de los anillos, donde la acción ocupa gran parte de la narración y el ritmo es bastante ágil, sino con una historia llena de pausas, de imágenes detalladas, de reflexiones y de silencios. Si te gustan este tipo de narraciones, entonces, este libro te fascinará como a mí.
En conclusión, Beren y Lúthien es un libro maravilloso, poético y tierno; por lo que creo que ningún amante de la fantasía, por ende, ningún seguidor del maravilloso blog «Desde el Redondal», debería perdérselo.
Qué ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo tras esta pedazo de reseña? Porque ésto sí es una reseña. Yo tengo unas ganas locas de desempolvar a Tolkien.
Solo puedo añadir que ha sido un honor colaborar con La Bestia Lectora, que inaugura la sección de Colaboraciones Desde El Redondal.