Título: Coldwood
Autor: José Antonio Vargas López
Páginas: 710.
Género: Novela (misterio).
¡Hola viajeros del tiempo!
Tenía ya ganas de hablar de Coldwood en el blog. Si recordáis, este libro me llegó de manos de su autor, José Antonio y tal como os comenté en el unboxing tenía una pinta muy misteriosa y era bastante gordito.
Aunque sabéis que no me gusta hacer spoilers tengo que cometar algunos aspectos de la ambientación que me han gustado muchísimo, si bien al principio me costó un poco entrar en el texto debido a que el texto se divide en dos partes y el uso de la cursiva para separarlos hace que se necesite un poco de tiempo para apreciar porqué está escrito así.
Sipnosis:
¿Cuál es el misterio que se esconde tras lo que parece un simple accidente de tráfico? ¿Qué relación guarda un grupo de amigos corriente con los terribles acontecimientos que tienen lugar en un pueblo maldito? ¿Qué significado se esconde tras la afirmación «sin odio no hay amor»? Coldwood es un lugar en el que los secretos son encerrados bajo llave. Indagar demasiado es un camino sin retorno hacia la perdición…
En primer lugar dejadme recalcar lo obvio, estamos ante un thriller, una novela de misterio, por lo que hacer una reseña es muy difícil sin entrar en detalles que os puedan arruinar una sorpresa. Por ello os quiero dejar primero mis impresiones más que entrar en detalles de personaje y tramas.
No sé si conoceréis la partida de rol El Maizal de Nosolorol, yo la jugué hace mucho tiempo y aún así leer Coldwood me ha transportado recuerdos de ella, esa mezcla de misterio e investigación; de estar en medio de una investigación criminal que no termina de estar tan clara como parece, de estar en medio de un pueblo con más secretos que habitantes. El Maizal y sus agentes del FBI se basan mucho en Expediente X, y también Coldwood me ha recordado las noches en las que veía a Mulder y Scully ir a un pueblo recóndito y encontrarse más perdidos que un pulpo en un garaje. Otras dos referencias que no puedo dejar de asociar con esta novela son IT y Silent Hill. Mientras me adentraba en las páginas y calles de Coldwood no podía de dejar de pensar en estas cuatro obras. Pero no porque Coldwood ande coja y haya copiado nada, si no por que su atmósfera es la mezcla perfecta de éstas. Mientras la leía no pensaba en ellas por reflejo; si no porque la novela que nos ocupa me hacía sentir lo mismo. La misma inquietud, las mismas ganas de profundizar en el misterio; las mismas ganas de salir corriendo en la dirección contraria y olvidarme del asunto.
Coldwood empieza con Mitch, un camionero experto que tiene un accidente con su trailer. Afortunadamente sale ileso, pero enseguida nos damos cuenta de que la carga que transportaba hace gran parte de la comunidad y sus amigos se planteen qué clase de persona era cuando encuentran su cadáver a pocos metros del siniestro.
Lo que parece un simple accidente se complica por la naturaleza de la carga y el agente Cooper y el agente Fox del FBI son destinados a la pequeña población para esclarecer los hechos. Ahí hablarán con amigos y vecinos de la vítima y se darán cuenta de que Coldwood no es tan apacible como parece.
En cuanto asimilas el estilo presente en la novela la lectura se hace rápida y te ayuda a conectar con los personajes, ya que cada uno tiene una voz interior representada por el texto en cursiva. Al principio se hace un poco raro, pero como digo luego dota de profundidad a los personajes, ya que tanto ellos como el propio pueblo tienen una cara no visible a simple vista, pero que en ocasiones pone los pelos de punta. A medida que avanza la novela y los protagonistas se van internando en esa "otra realidad" somos testigos de cuán profunda puede ser la capa de maquillaje que enmascara las cosas.
Lo dicho, si las referencias a las que he aludido os gustan y si también os gusta ese misterio con un toque raro a lo Twin Peaks estáis ante una novela que vais a disfrutar.