De esta guisa hemos dormido todos juntos esta noche,..., gatos incluídos. El peque tiene ya casi 4 añazos, y aunque nuestra cama es grande (1,50x2,00 m), este niño es un calamarcillo, se mueve, se retuerce, y así es imposible dormir. Así que se me ocurrió la idea de traer una cama de su habitación, una camita de 90 cm, pegarla a la nuestra y ¡¡voilá!!, este ha sido el resultado.
Hemos dormido fenomenal, hemos estado cada uno en su espacio, y hemos descansado, que era lo más importante.
El niño, ni que decir tiene, está encantado, pero como podéis ver en la foto, la gata está feliz.
Así que, de vuelta al colecho, está vez más cómodo y espacioso. No puedo asegurar cuánto durará esto, porque al nene le ha gustado esto de extender su manita y tocarme. Aunque intuyo que en cuanto se encuentre bien me dirá que él quiere irse a su habitación de niño mayor.
Mientras tanto y hasta que se recupere del todo, prefiero tenerle cerca.
Cuando mis padres han visto la redecoración de nuestro dormitorio han sonreído de lo lindo, porque así he dormido yo con ellos hasta pasados mis cuatro añitos. Según palabras de mi madre, "esto era lo más cómodo y práctico para nosotros".