Mi último artículo para larazon.es
No tenía muy claro como titular este artículo, ya que en España hemos
cogido la costumbre -no sé en otros países-, de etiquetar
ideológicamente a una persona por su pelo, ropa o accesorios varios, por
lo que forzosamente todos los que lleven coleta serán llamados
podemitas y todos los que lleven el pelo engominado sin ninguna duda
serán fachas. Son simples estrategias de los partidos políticos para
captar a sus adeptos. El tema que me ocupa en realidad nada tiene que
ver con esto, aunque el título bien lo pueda parecer. Voy al grano.
Las
coletillas o muletillas nacen, crecen, se reproducen, pero no mueren;
ahí van quedando, en el archivo, para el próximo que las quiera adoptar.
Son una plaga que se extiende como un martirio para los oídos de
cualquiera que se detenga a escucharlas. ¿Quién no las utiliza? Todos a
lo largo de nuestra vida, y más si hablamos en público, echamos mano de
estas ‘frasecillas’ para hacer tiempo e ir buscando dentro de nuestro
cerebro la palabra correcta y continuar con nuestra disertación. Seguir leyendo...