Incluso a los que no les gusta la coliflor deberían probar este plato. No tiene un sabor demasiado pronunciado gracias a la bechamel tan suave y sabrosa.
Es un plato bastante fácil que podemos dejar preparado con antelación e incluso congelar.
Ingredientes:
- 1 coliflor
- 1 cebolla pequeña
- 1/2 Kg de langostinos
- Queso para rallar
- Harina
- Leche
- Sal, pimienta y nuez moscada
- Perejil y laurel
- Aceite de oliva virgen
- Medio vasito de brandy
- Mantequilla
Elaboración:
Lavamos, separamos en ramilletes la coliflor y la hervimos en agua con sal hasta que esté tierna (no demasiado). La escurrimos y la repartimos en el fondo de una fuente apta para el horno.
Pelamos los langostinos y en una sartén con un poco de aceite rehogamos las cáscaras un par de minutos. Agregamos el brandy, la mitad de la cebolla en un trozo, una hoja de laurel, un poco de sal y cubrimos de agua. Dejamos cocer 15 minutos. Colamos y reservamos.
Preparamos la bechamel calentando una cucharada de mantequilla y 4 de aceite. Rehogamos los langostinos y los colocamos en la fuente de las coliflores. Picamos muy menuda el resto de la cebolla y la pochamos. Cuando esté tierna, añadimos 3 cucharadas colmadas de harina y la rehogamos bien. A continuación, vamos echando el caldo caliente de los langostinos sin dejar de remover hasta que obtengamos una bechamel suave. Al final, agregamos un poco de leche, pimienta, nuez moscada y probamos de sal.
Volcamos la bechamel sobre la coliflor y espolvoreamos con perejil muy picado. Cubrimos con el queso de nuestra elección y gratinamos hasta que esté dorado.