Libro con ritmo y pulso, con hondura y ligereza al mismo tiempo. Que esta extraordinaria novela haya tenido que aguardar ocho años para que alguien se decidiera a editarla mientras vemos pasar por delante de nuestras narices carros y carretas de libros escritos por imbéciles y para imbéciles, preciosamente editados y promocionados, es lamentable pero cierto y significativo. Ay, cerebros, ¿qué queréis vender, qué quéreis que se lea?
Literatura forzadamente indie la de Priante. A ver si ahora, don Antonio, que usted anuncia que su novela tiene los derechos caducados y está disponible para ser reeditada en papel algún editor se coloca el sonotone. Si yo tuviera una editorial, no le quepa duda... De momento, conformémonos con una verdad infalible: que quien quiere, encuentra, y quien busca, halla. Ya voy tras de sus otras obras sobre Cicerón, Catulo y Larra. Me alegro mucho de conocerle.