Colombia pierde a activista gay destacado

Por Ensentidocontrario

La comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de Colombia, ha perdido a uno de sus activistas más importantes en la historia de aquel país. Se trata de Sebastian Romero, que murió la noche del pasado lunes tras luchar contra un larga enfermedad.

Romero fue sin duda alguna el Harvey Milk colombiano, un activista LGTB que luchó por los derechos de todos y todas en un campo de minas y trincheras. Fue el primer edil abiertamente gay, representante del partido Polo Democrático Alternativo y fundador, dentro de este partido, del Polo de Rosa, sección para luchar por los derechos LGTB.

“Sebastián fue un ser humano grandioso, totalmente comprometido con los derechos de las minorías”, comenta apenada la alcaldesa de Chapinero, el municipio donde, contra todo pronóstico, Romero consiguió ser edil.
Gracias a personajes como Sebastián Romero, Colombia es hoy en día uno de los países latinoamericanos, que más derechos reconoce a la comunidad LGTB, justo después de Argentina.

En 1999 se desarrollaron estrategias jurídicas para modificar artículos constitucionales que discriminaban a LGTB y en 2007 se logró incluir la afiliación al sistema de salud para beneficiarios de parejas gays. En 2008 se habilitaron los sistemas de seguridad social y sustitución de pensiones para compañeros del mismo sexo. Luego, en 2009, la Corte Constitucional reconoció la igualdad de derechos entre parejas heterosexuales y homosexuales.

Hoy en día queda mucho por hacer, además del reconocimiento final del matrimonio homosexual, hay que lanzar nuevas campañas para la sensibilizacion de la población en torno al respeto a la diversidad sexual. Acabar con la violencia especial que sufre en este país la comunidad transexual e implementar políticas de integración de la comunidad transgénero.

Pero, a pesar de todos los males, Colombia se ha convertido en un país a la vanguardia de los derechos LGTB y poco a poco está consiguiendo acabar con la herencia sexista, machista y homófoba herencia de la colonización católica del país.

Fuente: elespectador.com