Sólo detrás de la convulsa Siria
El estudio del Consejo Noruego de Refugiados mostró que al cierre del año pasado había 5,7 millones de desplazados en Colombia.
"A pesar del optimismo que rodea a un proceso de paz que busca poner fin a décadas de guerra civil, Colombia sigue sufriendo una de las emergencias humanitarias más dramáticas del mundo", dijo el informe divulgado en Ginebra.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantienen en Cuba desde finales de 2012 una negociación de paz, con la que se busca poner fin a un conflicto que además de los millones de desplazados ha provocado al menos 200.000 muertos.
El estudio destacó que las violaciones a los derechos humanos continúan debido a que el diálogo de paz, el primer esfuerzo en más de una década para buscar una solución negociada, se realiza en medio de la confrontación y sin un cese al fuego.
Los enfrentamientos entre grupos armados ilegales y las fuerzas de seguridad, así como las amenazas directas a los individuos y a las comunidades causan la mayoría de los desplazamientos, precisó el informe.
Además de las FARC, el estudio responsabilizó de las violaciones que causan los desplazamientos al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a bandas criminales de antiguos paramilitares de ultraderecha.
Sólo en el 2013, hubo 157.000 desplazados en el país sudamericano de 47 millones de habitantes.
En el mundo había 33,3 millones de desplazados por conflictos y violencia a fines de 2013, un aumento interanual de un 4,5 por ciento y un récord por segundo año consecutivo.
El 63 por ciento del total de desplazados en el mundo está en Siria, Colombia, Nigeria, República Democrática del Congo y Sudán, concluyó el informe.
Persecución a cristianos.
Colombia es el país de América que más persigue a los cristianos.
Esa nación se encuentra en la posición número 25 de los 50 países que más acechan a los creyentes a nivel mundial, conforme a un listado del ministerio Open Doors.
Los problemas con las FARC son el principal motivo de que Colombia sea el único país sea identificado como perseguidor de cristianos.
Cristianos amenazados por guerrilleros.
En febrero, se dio a conocer que los cristianos en el sur de Colombia son constantemente amenazados por los grupos guerrilleros de ese país, quienes les prohíben los servicios de adoración a las zonas rurales que están bajo su control.
El Frente 32 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) lanzó una campaña represiva contra los católicos y las iglesias evangélicas en el departamento de Putumayo, y se supone que por esa publicidad, 150 iglesias en Colombia se han visto obligadas a cerrar.
Las iglesias que tienen el permiso de las FARC-EP, para celebrar la misa o culto evangélico, se les permite mantener los servicios religiosos sin temor a represalias, empero a las ciudades más pequeñas y a las aldeas, quienes no cuentan con ese derecho.
“Cada vez que mi esposo u otro líder de la iglesia decide ir a predicar en el campo, sólo puedo pedir: ‘Señor, cuida por la seguridad de cada uno de ellos’”, dice Jeanet Ortiz Pinto, esposa del evangelista itinerante y locutor de radio Ángel Pinto. “Mi corazón se entristece al ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor”, comenta.
Ángel Pinto, durante su ministerio de 25 años, ha sido capturado cinco veces por los grupos armados. Dos veces le dijeron que iba a ser ejecutado por violar las prohibiciones impuestas por las FARC contra la predicación. En ambos casos, los comandantes locales liberaron al pastor, una vez que se dieron cuenta de quién era, dado que su congregación realiza un ministerio de rescate y cuidado de los huérfanos de guerra.
Indígenas cristianos huyen.
Asimismo, un grupo indígena cristiano tuvo que huir por las constantes amenazas.
Los indígenas Paez de la tribu Nasa al sur de Colombia, han sufrido debido a su fe en Jesucristo.
“Hemos sigo perseguidos solo porque somos cristianos. No queremos estar bajo órdenes de los líderes de la tribu y hacer las cosas que nos exigen”, comenta Marco, líder de la tribu.
Él es uno de los líderes de esta aldea para refugiados en los Andes y está entre quienes se opusieron a los líderes tribales pues les ordenaban hacer cosas como robar, invadir tierras, emborracharse, consumir coca y dejar el cristianismo para hacer rituales espiritistas.
Como resultado de su decisión, Marco dice que fueron amenazados por los líderes aldeanos que tienen conexiones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
“También hemos sido amenazados de muerte, amenazas psicológicas. Dijeron que se llevarían nuestra ayuda médica, que no habrían escuelas para nuestros hijos, cortarían la electricidad y el agua”, relata.
Como resultado unas 50 familias viajaron más de 100 kilómetros y establecieron una aldea temporal en una finca, viviendo en pequeñas chozas con piso de tierra. Ha sido una lucha para sobrevivir.
Unas tres decenas de familias cristianas de otras aldeas han llegado a este pueblo provisional, tras ser expulsados de sus comunidades. Algunos han sido golpeados antes de huir.
Otros indígenas desplazados.
En marzo de este año, según el ministerio Open Doors de EE.UU, unos 139 cristianos indígenas que habían sido desplazados de sus hogares en abril del 2013, por causa de su fe y que luego encontraron refugio en la granja El Pital, en Huila, Colombia. Nuevamente fueron expulsados y no tenían a dónde ir.
Los indígenas huyeron el año pasado de su tierra, porque que las autoridades locales torturaron a 15 de ellos, y los presionaron para que renunciaran a su fe. No dispuestos a negar sus creencias, se vieron obligados a irse para evitar un daño peor. Finalmente, se les permitió establecer refugios temporales en una granja.
Luego de vivir durante 10 meses en los refugios temporales, el dueño de la granja los expulsó inesperadamente de su tierra, porque estaba molesto por sus actividades cristianas.
Cortesía de: Mundo Cristiano