Revista Cultura y Ocio

Colombiana, Zoe Saldana no tiene la culpa de nada

Publicado el 16 septiembre 2011 por Ruta42 @ruta42
Colombiana, Zoe Saldana no tiene la culpa de nada
En ocasiones poner en barbecho un género cinematográfico permite que tu memoria de espectador respire, y te de una mayor capacidad para usar la visión de conjunto. Sin embargo, esta práctica, a modo de arma de doble filo puede convertirse en una trampa mental que te permita transigir fallos que de otra forma no pasarían sin objeción. Colombiana podrá ser un oasis de acción sin pretensiones entre comedias románticas o dramas diversos, sin llegar a trascender pero causando una sensación de divertimento dionisíaco perfectamente válido. Colombiana sólo es una película más de su género que no pasará a la historia por ningún elemento excesivamente impactante, pero cumple perfectamente su función. Colombiana  es una película muy, muy mala, y por eso irás a verla.
Cataleya es una niña de 9 años que asiste al asesinato de sus padres (criminales, amigos de la ilegalidad) perpetrado por una banda de narcos malvados. La niña escapa de esa situación gracias a su ingenio, mostrándonos la impresionante educación en el arte de la supervivencia práctica en un entorno de crimen organizado que los mentores la habían enseñado. Vivirá los siguientes años con su tío, que hará que domine y perfeccione a la bestia asesina que lleva dentro. Una criatura sociópata incapaz de entablar vínculos emocionales más allá del amigo con derecho a roce que oscila entre ser un objeto sexual o más bien una simple mascota. Policías, criminales y asesina juegan a un escondite pluriespacial y polifacético en el que a cada 15 minutos de metraje hay tiros, trampas y muertes. Y menos mal.
Colombiana, Zoe Saldana no tiene la culpa de nada
Un señor un día cambió su nombre de Olivier Fontana a Olivier Megaton. Megaton tiene cuatro películas estrenadas, y todas ellas tienen una puntuación que se mueve entre el 5.2 y el 5.9 en la página de IMDB. Es decir, se podría decir que la dirección de Megaton encaja como un guante en la definición de mediocre. Luc Besson (Nikita, dura de matar, Juana de Arco, El quinto elemento, Transporter) y su colega Robert Mark Kamen (Bandidas, The Karate Kid, Arma Letal 3) han hecho un guión basado en cortapegas de sus anteriores trabajos, más un toque exótico y un par de golpes en las secuencias de acción de exagerada irrealidad (el mejor uso del cargador de una pistola hasta la fecha). A ratos no sabes si es un guión de encargo realizado con desgana o un brainstorming hecho a las tantas de la madrugada en condiciones poco saludables
Colombiana, Zoe Saldana no tiene la culpa de nada
Es la segunda vez que Zoe Saldana interpreta un personaje representativo de una minoría étnica (recordémosla en Avatar). En esta ocasión es una mujer de ascendencia dominicana con acento cubano. Colombiana ha sido grabada en México. Y sin embargo, partiendo de esta base nadie podrá reprocharle nada porque lo ha hecho lo mejor que ha podido. A Zoe Saldana después de lo que ha pasado hay que quererla.
Wardrums y skylines
(lo que es el buen gusto) serán las únicas cortinillas entre secuencias que verás en Colombiana, pezones erectos, relaciones entre personajes increíbles, rifles de francotirador, el uso del instinto animal como arma auxiliar humana, pelucas, una firma notablemente ridícula (el intento de metáfora que será la orquídea) una banda sonora aún mejor que la de Watchmen (que termina con el cover de Hurt de los Nine Inch Nails interpretado por Johnny Cash), parkour, lanzamisiles, trajes de neopreno, pasaportes falsos, cientos de pipas, explosiones bien vistosas y muchos más clichés espectaculares con los que te debatirás internamente entre odiarla y apreciarla.
Colombiana es ese tipo de película de baja cultura de la que querrás renegar y estarás encantado de despreciar. Será fácil meterse con ella, evidenciar sus muchos fallos y referir a otros clásicos del género que, si bien por contar con actores de más renombre, si bien por haber cogido la suficiente solera, ahora estarás capacitado para empezar a encumbrar. Y sin embargo un yo interno que no sabes de dónde te viene, habrá salido divertido y complacido de la sala de cine. Es una película para mentes abiertas. ¿A dónde hemos llegado a parar?
Artículo de Esther Miguel Trula.

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