Colonia Sexs, la Almuñécar fenicia

Por Manu Perez @revistadehisto

Sobre la fundación de Gadir, los gaditanos recuerdan lo siguiente: que cierto oráculo mandó a los tirios a fundar una colonia en las Columnas de Herakles. Los exploradores llegaron al estrecho de Calpe y creyeron que los promontorios que lo forman eran los confines de la tierra habitada y el término de las empresas de Herakles. Suponiendo, entonces, que allí estaban las columnas a las que se refería el oráculo, echaron el ancla en cierto lugar de más acá de las Columnas, donde hoy se ubica la ciudad de los sexitanos. Pero, habiendo ofrecido en este lugar de la costa un sacrificio a los dioses y no habiendo sido propicias las víctimas, regresaron.

Posteriormente los expedicionarios atravesaron el Estrecho, llegando hasta una isla consagrada a Herakles, situada junto a Onoba, ciudad de Iberia y a unos mil quinientos estadios más allá del Estrecho. Creyendo que las Columnas estaban allí, hicieron un nuevo sacrificio a los dioses, pero habiendo sido otra vez las víctimas adversas, regresaron a su patria. En la tercera expedición fundaron Gadir y construyeron el santuario en la parte oriental de la isla y la ciudad en la parte occidental…

Estrabón. Geografía III. 5.5. Sobre la fundación de Gadir.

Peñón del Santo visto desde la playa de San Cristóbal. Almuñécar, Granada.

Colonia Sexs

Desde el siglo IX a.C. o, tal vez, la segunda mitad del siglo VIII a.C. existió un importante asentamiento fenicio en Sexs.

Según la narración que realiza el geógrafo Estrabón en su tratado de Geografía, cuando aborda la fundación de Gadir de boca de sus ciudadanos y dejando a un lado el sentido épico de la historia, los navegantes de Tiro pudieron realizar una primera expedición en el siglo X a.C. con el objeto de reabrir las antiguas rutas micénicas. Su intención bien pudiera haber sido la localización de nuevos yacimientos de estaño.

Cerámica fenicia siglos VIII – VII a.C. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Es aquí donde Estrabón relata cómo los tirios, en su búsqueda por asentarse en las proximidades de las Columnas de Hércules (tal y como les había indicado el oráculo), se detuvieron en la ciudad de Sexs. Este nuevo territorio, emplazado en la zona alta de Almuñécar donde hoy se levanta el Castillo de San Miguel, se asentaba un poblado indígena correspondiente al período de la Edad del Bronce.

Castillo de San Miguel, Almuñécar, levantado sobre el poblamiento índigena y, posteriormente, romano.

El geógrafo griego informa sobre los resultados desfavorables en los sacrificios realizados. Tal vez lo que, simplemente, sucedió fue un conflicto entre las relaciones de colonos y la población indígena establecidos en el Cerro de San Miguel. Fuera por un motivo o por otro, los expedicionarios fenicios se vieron obligados a regresar a Tiro.

Cultura argárica, período del Bronce Pleno. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Ya en el siglo IX a.C., en la segunda de sus expediciones, los fenicios intentaron acceder a las fuentes de aprovisionamiento del estaño locallizadas en el Atlántico. En este caso, Estrabón nos informa como los tirios llegaron hasta Onoba. En estas nuevas tierras obtuvieron los mismos resultados que en el primero de sus viajes, es decir, un fracaso y retorno a sus tierras.

Con la tercera y definitiva expedición, los tirios fundarán tanto la ciudad deGadir como la ciudad de Lixus (Larache, Tánger) Y sería en estas dos colonias desde donde exportarán los recursos obtenidos en toda la zona atlántica.

Ánfora fenicia siglos VIII – VII a.C. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Definitivamente, la colonia fenicia quedará establecida en Sexs durante el siglo VIII a.C., mezclada con la población indígena del Bronce Final y coexistiendo pacíficamente con ella. Su carácter como núcleo poblacional en el nuevo hábitat debió de ser el mismo que para el resto de asentamientos de las costas meridionales, del Mediterráneo y el Atlántico.

Cabe reseñar que estas fechas (siglo IX a.C. y mediados del VIII a.C.) coinciden plenamente con las cronologías de los nombres de varios faraones egipcios (Osorkón II,Takelot II y Shoshenq III) grabados en las urnas funerarias de calcita-alabastro halladas en la necrópolis fenicia más antigua ligada al asentamiento de Sexs: la necrópolis de ‘Laurita’ excavada en la ladera del Cerro de San Cristóbal, a uno ochocientos metros al noroeste del núcleo primitivo del hábitat de Sexs (Cerro de San Miguel) El texto egipcio del vaso de alabastro de la tumba 1 de Takelot II nos informa de:

He llegado de mi país extranjero, he atravesado países y he oído hablar de tu ser, del estado primordial de los dos países, que ha creado lo existente. En ti brillan tus dos ojos. Tu palabra es el aliento de la vida que hace respirar las gargantas. Ahora estoy en el horizonte inundado por la alegría de los oasis de Baharia y de Karga con un acompañante. En mi hay una fuente de salud y de vida y la serpiente Mehen se ha sentado sobre su orilla” (Texto egipcio traducido por I. Gamer y J. Pradó)

Los vasos de las tumbas 3, 12, 13, 14 y 15 son considerados egipcios y correspondiente a los siglos IX y VIII a.C. Según J. Padró, la inscripción del vaso de la tumba 15 está copiada de un texto hierático aislado, en el queOsorkón debió ser un gran sacerdote de Amón en Tebas, hijo de Takelot II, que murió hacia el 785. Dicho texto queda traducido como:

Tu corazón se embriagará para hacer incesantemente lo que le place. Embriágate para la eternidad. Colócate en una disposición agradable. La plena felicidad es lo que ella desea incesantemente. Ata y trenza guirnaldas. Colócalas en tu cabeza. Úntala con óleos. Haz según tu deseo. Protege en Bubastis el Ka de Osorkón

El historiador I. Gamer afirma que:Takelot II fue enterrado en la tumba de su padre Osorkón II en Tanis. Aunque saqueada, aún conservaba dos vasos de alabastro con cartelas de Osorkón I, fundador de la XXII dinastía libia.

Vaso de alabastro egipcio, siglos IX – VII a.C. hallado en Necrópolis de Laurita. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Saqueadas las tumbas reales de Tanis, algunos de los vasos llegaron a Fenicia, Sidón, desde donde partirían hacia Asiria como botín de Asarhadón (680-669). Otros, en cambio, partieron a Occidente con los primeros fenicios, tal vez con las expediciones de tirios aSexs, como presentes diplomáticos para garantizar la llegada regular de estaño, bronce y plata a Egipto durante el siglo IX a.C.

He venido y regresado del oasis de Baharia con leche abundante y buena. ¡Oh Heutkan!, deberías traer algo al desembarco del sacerdote de Harsaphes, rey del Bajo y Alto Egipto, príncipe de la casa del poder de Kheper-re, hijo real de Ramesses, Takelotis” (Traducción realizada por Von Bissing del texto aparecido sobre un vaso análogo a los encontrados en la necrópolis de “Laurita”)

Palacio de Asarhadón, el gran rey, el poderoso rey… de Sumery de Akkad. Vaso de aceite grande y lleno, que vino con rico botín de toda especie del tesoro del príncipe Abdimilkuti, rey de Sidón, que mi brazo fuerte capturó”.

Los vasos de alabastro son recipientes de lujo para la exportación de vino, pero esta utilidad nunca se dio en el comercio con Occidente. Más bien se emplearon como recipientes para vino u otras sustancias balsámicas preparadas en los ajuares, a modo de ofrendas, de los enterramientos reales egipcios que se llevaron a cabo con posterioridad.

Vaso de alabastro egipcio siglos IX – VII a.C. hallado en Necrópolis de Laurita. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Los vasos de calcita-alabastro con inscripciones egipcias, a los que nos hemos referido, se encuentran todos en el Museo Arqueológico de Granada. Los cuatro vasos procedentes de la necrópolis de “Laurita” (no es visitable) que podemos disfrutar en el Museo Arqueológico de Almuñécarson aquellos que desaparecieron en el momento del descubrimiento de la necrópolis y que fueron guardados en casas particulares.

Por otro lado, el museo de Almuñécar cuenta con la exposición del vaso de Apofis. Este vaso, de excepcional importancia histórica, constituye el documento escrito más antiguo hallado en la Península Ibérica. Completamente descontextualizado, podría proceder de una zona muy cercana a la necrópolis de Laurita, en el mismo cerro de San Cristóbal.

Vaso de alabastro egipcio siglos IX – VII a.C. hallado en necrópolis de Laurita. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

La teoría es que el vaso de Apofis llegaría a la península, muy probablemente, entre los siglos VIII – VI a.C. (incluso en el IX a.C.) procedente de Egipto, al igual que el resto de vasos encontrados en las colonias fenicias del litoral andaluz y lo haría durante el periodo de apogeo de la colonia fenicia de Sexs.

El asentamiento fenicio en las costas de Sexs obedeció a la búsqueda constante para la localización de desembocaduras fluviales. Este mismo patrón se repetirá en otros puntos de la costa mediterránea (buen ejemplo del ello lo tenemos en el cerro del Villar, provincia de Málaga, sitado en la desembocadura del Guadalhorce), además de en estuarios, marismas e islotes. En el caso concreto de Almuñécar, entre sus dos ríos (actuales río Seco al Oeste y río El Verde al Este) quedaba un promontorio donde finalmente se establecieron. Muy posiblemente, este peñón, hace casi tres mil años, fuera una isla.

Monumento a los Fenicios. Almuñécar, Granada.

Los primeros colonos fenicios dependieron, directamente, de su ciudad de origen. Por lo menos así ocurrirá con los miembros más destacados, ciudadanos todos ellos de plenos derechos. Por tanto, las élites que arribaron sus embarcaciones a las costas de Sexs, lo hicieron junto a una población dependiente a su status: artesanos, agricultores, marineros, etc.

La intención desde un primer momento fue la de establecer una base económica en Sexs relacionada con el comercio. Las vías fluviales permitirían la llegada de metales, especialmente plata. A través de las vías marítimas se conectarían con el resto de colonias. Para ello definieron una perfecta navegación de cabotaje entre los distintos puertos.

Ánforas fenicias localizadas en pecios de las costas próximas a Almuñécar. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Con la llegada fenicia se evidenció una rápida penetración hacia el interior de la Vega de Granada. Esta ruta debió ser la razón de la temprana instalación de los fenicios en este territorio y del inicio de su pronta actividad: producciones de vino y aceite, ganado vacuno y caballar, así como la obtención de recursos salinos para las carnes y el preparado de salazones de pescado.

En realidad, su estratégico emplazamiento como vía de salida de los productos comerciales procedentes de la vega granadina siempre fue la razón última de la continuidad de este asentamiento colono, independientemente del aprovechamiento de los recursos pesqueros que proporcionaba su entorno.

Necrópolis de Puente de Noy. Almuñécar, Granada.

Pronto las costas de Sexs dejaron de constituir para estos colonizadores un simple fondeadero donde arribar sus embarcaciones o una mera factoría estacional. En el siglo VII a.C. se establecerán definitivamente como colonia y definirán su economía en relación a la explotación directa de los recursos de la zona. La práctica de los cultivos les permitirá autoabastecerse (sobre todo teniendo en cuenta que disponían de un territorio muy fértil y propicio) y a obtener excedentes con los que poder comerciar con el resto de colonias fenicias.

De esta forma, las dos vías fluviales se convertirán en perfectos puertos donde cargar y descargar la mercancía de una manera fácil y segura, además de permitir el contacto con las poblaciones indígenas del interior. A la par, se desarrollará un intenso comercio con todo el Mediterráneo.

Necrópolis de Puente de Noy. Almuñécar, Granada.

La necrópolis de Puente de Noy es de carácter Púnico, posterior, por tanto, a la necrópolis de ‘Laurita’ y coincidiendo con el abandono de esta última. Será utilizada hasta el siglo I d.C., momento en el que la ciudad se encuentra completamente romanizada.

En ella aparecieron tanto enterramientos bajo el rito de inhumación, como el de incineración (aunque menos en este tipo último caso). Lo más probable fuera que esta modalidad de ritual, practicado en las ceremonias de los fallecidos, vendrá determinado por una serie de circunstancias como podrían ser la tradición de los colonos, el sexo, el status social, las influencias, modas, etc.

En un principio, las cáscaras de huevos de avestruz tuvieron distintos usos: puntas de flecha, amuletos, cuentas de collar o recipientes de uso común. Ya en época fenicio-púnica se les otorgará un valor sagrado; constituirán el símbolo o creencia en el cual se encuentra encerrada la posibilidad de retornar los muertos a la vida terrenal. De ahí que su aparición en enterramientos sea frecuente. Estos objetos son abundantes en los yacimientos de los siglos VI, V y IV a.C.

Huevo de avestruz. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

Pero el Mediterráneo sufrirá grandes cambios a lo largo de todo el siglo VII a.C. y principios del VI a.C. que afectarán a todas las colonias fenicias occidentales. A la postre, acabarán provocando una gran crisis.

Parece ser que ya en el siglo VII a.C. aumenta un interés por la plata que circula en el norte de la antigua Mesopotamia, concretamente de Asiria. Este cambio de tendencia provocó, paralelamente, un desinterés del metal procedente de la Península, así como del comercio directo con los fenicios.

Cerámica fenicio-púnica procedente de la necrópolis Puente de Noy. Museo Arqueológico o Cueva de Siete Palacios. Almuñécar, Granada.

La pérdida sobre control comercial de la plata provocó una profunda crisis en los asentamientos fenicios occidentales; situación ésta muy delicada para los pobladores que se vería agravada por la definitiva caída de Tiro en manos del imperio neobabilonico (año 573 a.C.) La incorporación de la gran metrópolis al nuevo imperio se traducirá, a su vez, en la desaparición de las colonias.

En definitiva, la presión Asiria sobre el comercio mediterráneo de Oriente y los conflictos continuados del momento hicieron que Tiro acabase abandonando a las que antes constituían sus colonias occidentales. Con ello, Occidente quedará independizada política y económicamente de Oriente.

Autor: legionixhispana para revistadehistoria.es desde http://legionixhispana.com/

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