Restaurante Columbus:
Paseo de Recoletos 37,Horario: Comidas de 13:30 a 16:30.Cenas de 20:30 a 02:00.Teléfono: 910 60 98 89.Web: https://www.casinogranmadrid.es/columbusPrecio: 30 - 100 € (70€ de promedio).
(*) La nota final es un promedio de todas las variables, con excepción de la llamada ExperienciaLo más importante a la hora de hablar de Columbus, es que se trata de un proyecto de Mario, Rafael y Juan Diego los hermanos Sandoval (falta uno, José Ramón, que anda en otras actividades ¡Puxa Sporting!) que al fin consiguen traernos sus trabajos a la capital, a Madrid. Trabajo bien hecho, con pericia, constancia y mucha humildad desde la casa madre (nunca mejor dicho) de Humanes, Coque
En su día tuvimos la fortuna de probar el menú degustación de Coque y de visitar sus entrañas (bodega, cocina, etc.) y esa cocina es la que podemos encontrar en Columbus, aunque con matices, buscando unos aires más cosmopolitas con influencias de todo el mundo.
Una típica (y justificadísima) crítica a los señores de la Guía Michelín es que no se puede explicar la tacañería que tienen a la hora de premiar a restaurantes de Madrid con una estrella, galardón que, sin duda alguna (y, sobre todo, teniendo en cuenta la generosidad con la que se entregan en lugares como Londres, Nueva York o Tokio), se merecerá Columbus en la próxima edición, pero vamos, como se la merecen otros muchos.
El local:
En mi opinión y a pesar del orgullo con que se muestra el trabajo de Ignacio García de Vinuesa, éste el punto débil de Columbus es y no es algo que podamos totalmente echar en cara a los hermanos, puesto que está muy condicionado por el hecho de formar parte de las instalaciones del Casino Gran Madrid de la Plaza de Colón, lo cual implica peculiaridades en el acceso (es necesario el DNI y ser mayor de edad), los aseos son los propios del casino y las vistas son, o a las propias mesas de juego o a un patio interior que han intentado decorar de la mejor forma posible para procurar una vistas originales. Pero que en cualquier caso, como no seas jugador no vas a disfrutar mucho del entorno.
Pero no acaba todo ahí.
Nos gustan las mesas, la cocina vista, la amplia barra, pero... a ver, en nuestro caso nos sentamos en una bonita mesa para dos personas, bueno, para ser justos, nos sentamos en dos sillas o sillones inmensos, tanto que eran incómodos, pesados y tan armatostes que si querías levantarte, debías contar con la presta ayuda de algún amable camarero que te ayudase a desplazar la silla, que pesaba una barbaridad. La verdad, no le veo sentido a colocar a los comensales en sillones absurdamente grandes y pesados que sólo pueden causar problemas, vamos, que si no te sientas bien a la primera y quieres "recolocarte" sin ayuda, puedes sufrir un sobreesfuerzo.
Espectacular, magnífica, tanto en los productos a elegir como en las diversas formas de combinar la comanda con una flexibilidad tremenda que te permite, por ejemplo, consumir pequeñas elaboraciones a un precio muy razonable. Lo cual viene muy bien para que un público que no disponga de un presupuesto elevado pueda acceder a la cocina de Mario Sandoval o que el ludópata gastrónomo tenga a su disposición una celebración magnífica. Además, estamos a unos metros de muchas zonas de oficinas y puede ser un buen lugar para realizar discretas "comidas de empresa" sin que tengas que salir pesado o pasar una factura escandalosa.
Este es precisamente el hecho que hace que la variable económica, o el precio a asumir para comer en Columbus, tenga una horquilla tan amplia.
La carta de vinos:
Un absoluto ejemplo de lo que debe ser una carta de vinos. En mi opinión de lo mejor que he visto. Muchísimas referencias nacionales, internaciones, de todo tipo de vino y regiones ordenadas por.... ¡¡¡orden alfabético!!, ósea, ¡de forma lógica!, ¿tan difícil es?, ojalá tomen ejemplo algunos.
Muy correcto, siempre pendiente y nada intrusivo. Dispuesto a explicarte los menús y los platos... y a apartarte la silla.
Hubo algún pequeño fallo que tuvo una pronta solución, como el hecho de servirnos como aperitivo un cava que llevaba tanto tiempo abierto que no había burbuja, al comentarlo nos cambiaron el vino con presteza, en fin, nada grave.
La cocina:
Revela un dominio abrumador de la técnica, no hay más que ver el steak tartar o los postres.
Las presentaciones son magníficas y el sabor está muy presente. Hay algún altibajo entre platos y quizá no es muy sorprendente, pero se trata precisamente de eso, al menos en estos primeros tiempos, de platos ya contrastados en Coque, con largo recorrido y muy apreciados por sus clientes y sí, ¡hay cochinillo!.
Conclusión:
Parece que a mucha gente le daba pereza desplazarse hasta Humanes para disfrutar de la cocina de Coque, al menos en horario nocturno, lo cual producía cierta injusticia, pues se trata, sin duda, de uno de los mejores restaurantes de Madrid. Así que si los madrileños no vamos a Coque, los hermanos Sandoval se han venido a Madrid y lo hacen ofreciendo algo un poco diferente. Ya no es el lenguaje de la antigua casa de comidas convertida de negocio familiar a restaurante de autor, ahora ofrece esa cocina consolidada en versión cosmopolita y horarios, tamaños e incluso precios muy flexibles. Eso sí, con los inconvenientes de estar en el interior de un casino.
Una opción absolutamente recomendable, no dudéis en pasaros por Columbus, creo que el precio está ajustado para lo que ofrece: una excelente cocina, buen servicio y un espacio único en Madrid.