*JUAN MARTORANO
Para el momento en que escribo estas líneas, aun no se conoce la decisión o resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con respecto a la solicitud que hizo la República Cooperativa de Guyana respecto al cumplimiento “forzoso” de la decisión de la Corte Internacional de Justicia respecto a las medidas cautelares que solicitó en contra de la República Bolivariana de Venezuela. Y que de alguna manera busca legitimar una intervención militar en nuestra nación, para venir a saquear las riquezas con las que ha sido bendecida nuestro sagrado territorio.
Por ello, no me parece fortuito como lo he venido sosteniendo durante comparecencias ante medios de comunicación, privados y públicos, tradicionales y alternativos, que dos grandes escenarios son objeto de las más grandes disputas geopolíticas que podrían definir el destino de la humanidad: Uno es Palestina, donde ayer también había debate en el Consejo de Seguridad de la ONU, y que por cierto nuevamente los Estados Unidos vetaron una Resolución donde se aprobaba un cese al fuego en la franja de Gaza; y el otro escenario es el territorio de la Guayana Esequiba.
La batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento armado comprendido dentro de las campañas terrestres de nuestras guerras de independencia hispanoamericanas en nuestra América del Sur y que significó la independencia no sólo del Perú sino de todo nuestro continente.
La batalla se desarrolló en la Pampa de la Quinua en Ayacucho, Perú, un día como hoy, pero de 1824. La victoria patriota liderada por el general Antonio José de Sucre supuso la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie en nuestro continente. No obstante, guarniciones bajo el control español como Real Felipe de El Callao y Chiloé resistieron hasta el año de 1826 y España no renunció formalmente a la soberanía de sus posesiones continentales americanas hasta en el año 1836.
Importante es de destacar que en 1820 España entró en una crisis política por el alzamiento militar del ejército español liderado por el general Rafael Del Riego en contra del rey Fernando VII con el objetivo de restaurar la Constitución española y el gobierno liberal. Este levantamiento y rebelión de Del Riego en Andalucía desintegró y dispersó a las tropas españolas expedicionarias para la Grande Expedición, despareciendo así la amenaza de invasión al Río de la Plata y Venezuela y desmoronando así la resistencia realista y posibilitando la convergencia de las corrientes libertadoras de América del Sur hacia el Perú.
Si no se hubiese logrado esto, no menos de 20.000 soldados y 10 potentes buques de guerra habrían venido a nuestro continente y tal vez no hubiésemos logrado en esos momentos nuestra independencia.
A pesar de que las tropas patriotas contaban sólo con 6.000 soldados y los realistas con casi 10.000, el Ejército libertador logró que los españoles pidieran capitulación en menos de seis horas de combate, cuando José de Canterac, en sustitución de José de la Serna, reunió a sus generales para admitir la derrota.
Esta batalla dio paso a la Capitulación de Ayacucho, que fue firmada el mismo 9 de diciembre de 1824 por el mariscal Antonio José de Sucre y el jefe de estado mayor realista, José de Canterac.
Este tratado disponía que el ejército realista renunciaba a seguir la lucha y fijaba la permanencia de los últimos soldados realistas en las fronteras de la Provincia Constitucional del Callao, ciudad situada en el centro-oeste del Perú.
Asimismo, establecía que la República del Perú debía saldar la deuda económica y política a las naciones que ayudaron militarmente a su independencia.
El Congreso del Perú, reunido en sesión extraordinaria, otorgó el reconocimiento del Gran Mariscal de Ayacucho y Benemérito del Perú en grado eminente a Antonio José de Sucre, por la actuación que tuvo en Ayacucho.
Allí, en los campos de Ayacucho se selló la independencia del Perú y la de toda América que pendía de la derrota completa y absoluta del ejército español en la tierra misma del que fuera junto con Nueva España (México), el más poderoso virreinato de América. En Ayacucho derramaron su sangre, por igual, peruanos, venezolanos, colombianos, ecuatorianos, bolivianos, chilenos, argentinos, mexicanos y aún españoles creyentes en la causa de nuestra común independencia.
Esta batalla es el sello triunfal de Antonio José de Sucre, considerado el militar más completo de todos los próceres venezolanos y patriotas. Su conducción en esta lucha fue de las más brillantes y gracias a ella le otorgaron el título de Gran Mariscal de Ayacucho.
Hoy a 199 años el pueblo venezolano conmemora esta batalla histórica que logró desterrar de las tierras para siempre al imperio español, y sigue los caminos del Gran Mariscal de Ayacucho para preservar la paz y soberanía de la Patria.
Otra conmemoración histórica que quiero traer a la memoria tiene que ver con los 121 años de la proclama del General y entonces Presidente de la República de los Estados Unidos de Venezuela, Cipriano Castro, titulada “La planta insolente”.
Generalmente solo recordamos de esa proclama la frase “Venezolanos, la planta insolente del extranjero ha hollado el sagrado suelo de la patria…” pero desconocemos totalmente su texto y significación.
Recordemos que en ese momento, se habían cumplido 3 años del despojo que habíamos sufrido de la Guayana Esequiba en el írrito laudo arbitral del 3 de octubre de 1899, se amenazaba con invadirnos desde Colombia, se había dado la Revolución Libertadora encabezada por el banquero Manuel Antonio Matos, e Inglaterra no conforme con arrebatarnos el Esequibo, pretendía invadirnos con el pretexto del cobro de deudas, junto a Alemania e Italia.
No vamos en este espacio a hacer todo el recuento histórico de dicho hecho. Lo que si me permitiré es transcribir íntegramente la proclama, y dios quiera que la misma sea conocida y viralizada por nuestro pueblo.
“Venezolanos:
La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria!
Un hecho insólito en la historia de las Naciones cultas, sin precedentes, sin posible justificación, hecho bárbaro, porque atenta contra los más rudimentarios principios del Derecho de Gentes; hecho innoble, porque es fruto del contubernio inmoral y cobarde de la fuerza y la alevosía, es el hecho que acaban de realizar en la rada de La Guaira hace pocos momentos las Escuadras alemana e inglesa: sorprendieron y tomaron en acción simultánea y común, tres vapores indefensos de nuestra armada que habían entrado en dique para recibir reparaciones mayores.
Venezolanos:
El duelo es desigual porque el atentado ha sido consumado por las dos naciones más poderosas de Europa contra éste nuestro Pais que apenas convalece de largos y dolorosos quebrantos y porque ha sido realizado de aleve manera, pues Venezuela no podía esperar tan insólita agresión desde luego que no habían precedido las fórmulas de estilo en semejantes casos. Pero la justicia está de nuestra parte, y el Dios de las Naciones que inspiró a Bolívar y a la pléyade de héroes que le acompañaron en la magna obra de legarnos, a costa de grandes sacrificios Patria, Libertad & Independencia, será el que en estos momentos decisivos para la vida de nuestra nacionalidad, nos inspire en la lucha, nos aliente en el sacrificio y nos asista en la obra también magna de consolidar la Independencia Nacional. Por mi parte, estoy dispuesto a sacrificarlo todo en el altar augusto de la Patria; todo, hasta lo que pudiera llamarse mis resentimientos por razón de nuestras diferencias intestinas. No tengo memoria para lo que de ingrato pueda haber en el pasado. Borrados quedan en mi pensamiento de político y de guerrero todo lo que fue hostil a mis propósitos, todo lo que ha podido dejar una huella de dolor en mi corazón. Delante de mí no queda más que la visión luminosa de la Patria, como la soñó Bolívar, como la quiero yo.
Y puesto que ésta no puede ser grande y poderosa sino en el ambiente de la confraternidad de sus hijos, y las circunstancias reclaman el concurso de todos éstos, en nombre de aquellos mis sentimientos y de éstas sus necesidades, abro las puertas de todas las cárceles de la República para los detenidos políticos que aún permanecen en ellas; abro asimismo las puertas de la Patria para los venezolanos que por iguales razones se encuentren en el Extranjero y restituyo al goce de las garantías constitucionales las propiedades de todos los revolucionarios que estaban empobrecidas por razones de orden público. Más todavía, si sobreviviere a los acontecimientos y fuere preciso para la salud de la Patria despojarme del elevado carácter con que me han honrado los pueblos y con el cual voy a la lucha, estoy listo a mi separación a la vida privada, quedando siempre mi espada, por supuesto, al servicio de la República, y podéis estar seguros de que me retiraré satisfecho sin las nostalgias del Poder, porque mi aspiración mayor es ver a mi Patria grande, próspera y feliz.
Venezolanos:
El sol de Carabobo vuelve a iluminar los horizontes de la Patria y de sus resplandores surgirán temeridades como la de las Queseras del Medio, sacrificios como el de Ricaurte, asombros como el de Pantano de Vargas, heroísmos como el de Ribas y héroes como los que forman la Constelación de nuestra grande Epopeya. Hoy por una feliz coincidencia conmemoramos la fecha clásica de la gran Batalla decisiva de la Libertad Sudamericana, la batalla de Ayacucho, hagamos votos porque nuevos Sucres vengan a ilustrar las gloriosas páginas de nuestra Historia Patria.
Cipriano Castro.
Caracas, 9 de diciembre de 1902”.
Pero como de alguna manera el tema del Esequibo sigue estando presente en la agenda político mediática y es parte de las disputas que tenemos hoy en día, quiero permitirme cerrar la edición de esta columna con un dato que me hizo llegar mi colaborador, y que considero importante hacer del conocimiento público.
Tiene que ver con una explicación sobre la “caída” de las acciones de la Exxon Mobil, por lo menos como ha venido siendo planteada en estos últimos días.
Me expresaba mi fuente venezolana ubicada en Londres, que le llamaba poderosamente la atención de ese “desplome” de las acciones de la petrolera Exxon Mobil, dado que conoce mucho sobre el tema petrolero. Sobre todo, como se ha alegado, producto del referendo que celebramos el pasado domingo 3 de diciembre. Pero en su investigación dicho “patriota cooperante” me anexó el gráfico del valor de sus acciones en los últimos 12 meses de la referida empresa, el cual espero se agregue en la publicación de este escrito para poder comprender este tema, lo cual nos indica que esto no es así. De hecho, la caída que se alega no es más de un 3 o 4% y como puede observarse en la gráfica, ha habido variaciones más significativas en 2023, por lo que hay que estar más atentos y atentas y tener mucho más cuidado cuando hacemos este tipo de afirmaciones.
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Mientras se analiza esto, estaremos atentos a las resultas del Consejo de Seguridad respecto a la controversia de la Guayana Esequiba con Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Guyana, EEUU, la UE y Canadá
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.