*JUAN MARTORANO
En la edición anterior que escribí hace una semana, señalé que relataría con lujo de detalles un incidente que me ocurrió con unos efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en mi paso por la UCV.
Me motivo a escribir sobre este asunto, no solo porque una compañera de trabajo, que leyó mis observaciones sobre lo que denuncié del Metro de Caracas, me expresó que esperaría lo que contaría sobre este incidente con lujo de detalles, sino porque además, con el complemento de la información que obtuve me pareció un asunto grave que debo hacer del conocimiento de la opinión pública.
Y por primera vez y públicamente debo señalar que soy trabajador del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz. En una oportunidad y para el Correo del Orinoco aparecieron unas declaraciones que di con motivo del “Día de Salario para la Revolución”. Pero hasta esa fecha no se me había identificado como trabajador de dicha institución, hasta el día de hoy que lo estoy haciendo públicamente.
Pues bien, en la entrega anterior señalé que ante el inconveniente que relaté del Metro, ocurrido ya hace dos semanas, indiqué que ante los trabajos de “alto impacto” que se realizaban entre las estaciones de Plaza Venezuela y Ciudad Universitaria, luego de una espera de una hora y quince minutos, como no tenía efectivo para agarrar la camionetica en dirección a El Cementerio, para así poder llegar a casa, señalé que debía hacer el recorrido a pie, y por razones de seguridad, me tocaba atravesar la entrada de la UCV que está en Plaza Venezuela, caminar todo ese amplio corredor hasta llegar el Clínico Universitario, pasar la facultad de odontología, para así caer en la salida por el paseo los ilustres, llegar a la facultad de ciencias, la plaza Benito Pérez Galdós, de ahí empalmar a la Avenida Victoria y luego de caminar unas tres cuadras para llegar a mi hoy residencia.
Cuando caminaba dentro de la UCV, ciertamente se ve la reparación de infraestructuras, aunque creo que aun le falta, pero lo más impactante es lo oscuro y solo que estaban esas instalaciones a las 7:30 pm de ese sábado 2 de septiembre. En ese sentido fue que adopté un paso redoblado, muy rápido para poder atravesar toda esa ruta y llegar con bien a mi casa. A pesar de caminar por el pasillo “iluminado”, mi intuición me alertaba de un peligro que iba a atravesar y al momento voltee y pude observar a dos hombres (conductor y parrillero) en una moto, más un tercero en otra moto, con chalecos, el parrillero de la moto llevaba un casco. Inmediatamente los de la primera moto, en una actitud que me pareció grosera, me abordaron preguntándome hacia donde me dirigía y porque caminaba tan rápido.
No pude negar que ante este abordaje estaba nervioso que si no hubiese sido porque el sujeto que me preguntó cargaba un chaleco negro con las iniciales “PNB” y el parrillero que era su compañero portaba casco como el que usan los policías para el control de manifestaciones públicas, más las esposas y el armamento, lo que hubiese pensado es que los tipos eran “malandros”, ladrones que me iban a robar. Y al momento me pidieron la cédula, la cual les entregué.
https://googleads.g.doubleclick.net/pagead/ads?client=ca-pub-2845916201687125&output=html&h=280&adk=3424970916&adf=1194810844&pi=t.aa~a.1381849204~i.15~rp.4&w=610&fwrn=4&fwrnh=100&lmt=1694913880&num_ads=1&rafmt=1&armr=3&sem=mc&pwprc=6352355713&ad_type=text_image&format=610×280&url=https%3A%2F%2Fwww.ensartaos.com.ve%2Fcolumna-de-juan-martorano-edicion-65-de-como-efectivos-de-la-pnb-que-patrullan-en-la-ucv-estan-robando-a-la-gente%2F&fwr=0&pra=3&rh=153&rw=610&rpe=1&resp_fmts=3&wgl=1&fa=27&uach=WyJXaW5kb3dzIiwiMC4xLjAiLCJ4ODYiLCIiLCIxMDkuMC41NDE0LjEyMCIsW10sMCxudWxsLCIzMiIsW1siTm90X0EgQnJhbmQiLCI5OS4wLjAuMCJdLFsiR29vZ2xlIENocm9tZSIsIjEwOS4wLjU0MTQuMTIwIl0sWyJDaHJvbWl1bSIsIjEwOS4wLjU0MTQuMTIwIl1dLDBd&dt=1694913880865&bpp=23&bdt=18923&idt=24&shv=r20230913&mjsv=m202309120101&ptt=9&saldr=aa&abxe=1&cookie=ID%3D27b8ccc4e31f1d2c-223464dd5780000f%3AT%3D1691359005%3ART%3D1694913867%3AS%3DALNI_MYBFvk3YoGlh5r6lFBlOCDLjvYS7w&gpic=UID%3D000009fa1e864cfd%3AT%3D1691359005%3ART%3D1694913867%3AS%3DALNI_Ma8RS0jeX8YPx9-UgpXf2bjdplq0w&prev_fmts=610×432%2C265x250%2C0x0&nras=2&correlator=6581691449940&frm=20&pv=1&ga_vid=1583315335.1691358957&ga_sid=1694913875&ga_hid=1653201999&ga_fc=1&u_tz=-240&u_his=33&u_h=600&u_w=1024&u_ah=570&u_aw=1024&u_cd=24&u_sd=1&dmc=2&adx=36&ady=1703&biw=1007&bih=467&scr_x=0&scr_y=240&eid=44759876%2C44759927%2C44759842%2C31076839%2C42531705%2C31076995&oid=2&pvsid=1798096603438739&tmod=905429123&uas=3&nvt=1&ref=https%3A%2F%2Fwww.ensartaos.com.ve%2F&fc=384&brdim=0%2C0%2C0%2C0%2C1024%2C0%2C1024%2C570%2C1024%2C467&vis=1&rsz=%7C%7Cs%7C&abl=NS&fu=128&bc=31&ifi=8&uci=a!8&btvi=2&fsb=1&xpc=odlaRt1Gud&p=https%3A//www.ensartaos.com.ve&dtd=131
Pero luego su actitud fue poco respetuosa y sus preguntas muy agresivas y con falta de tacto, de respeto: “¿De dónde venía? ¿Por qué caminaba tan rápido? ¿Para dónde iba? ¿Dónde vivía? ¿Por qué estaba asustado?” Creo que en nada se parecían a la policía de “proximidad” que debía ser la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de la que tanto nos habló Chávez.
No conforme con ello, me obligaron a sacar mis celulares, e inmediatamente me acusaron de habérmelos robado, porque su pregunta era una afirmación: ¿De dónde te robaste estos teléfonos? Y en una requisa grosera e indigna, porque en ningún momento me resistía, yo me saqué lo que tenía en los bolsillos, y los “policías” me quitaron mis celulares de mis manos, mi cédula, mi cartera con mis documentos personales, y las llaves de mi casa. El tercer policía de la otra moto se colocó a cierta distancia, seguramente grabando: ¿O tal vez “cantándoles la zona a sus compañeros por si alguien venía”?
En mala hora dejé mi credencial de funcionario del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz. No obstante si les exigí a los policías que estaban procediendo mal y que me devolvieran mis cosas porque yo lo que iba era para mi casa. Entonces uno de ellos me devolvió uno de mis celulares y me dijo: “Si el celular es tuyo, desbloquéalo a ver”, e inmediatamente así hice y le mostré.
Mientras el otro, además de revisarme mi cartera, la olía y seguía con sus preguntas capciosas: ¿Has consumido drogas? ¿Has estado preso? Pero cuando logré desbloquear mi teléfono, empezó a voltearse la tortilla, como se dice coloquialmente.
Después les dije que era funcionario del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y además de profesión abogado. Eso los timbró, y ahí me pidieron mis credenciales de abogado, las cuales inmediatamente saqué.
Creo que ahí fue cuando los policías como que se dieron cuenta que no les mentía, más al comprobar que no tenía ni el efectivo para la camioneta, entonces me devolvieron todas mis cosas, mi cédula, celulares, cartera, llaves, me desearon las buenas noches y se fueron.
Finalmente y luego de esos minutos que calculó serían como 20 de mal rato, terminé llegando a mi residencia a eso de las 8:15 pm afortunadamente. No me robaron ni tuve nada que lamentar como indiqué en la edición anterior de esta columna, más que la indisposición que pasé con estos funcionarios “policiales”.
Y entrecomillo esto, porque al día siguiente cuando fui a visitar a mi hermana, me contó, y eso en sus tiempos de estudiante de la UCV los cuales son relativamente recientes, y esto lo tomé como una denuncia, me manifestó que efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que patrullan en la UCV, muchos robaban a transeúntes y lo hacían con el uniforme, solo que se quitaban los portanombres y todos los elementos que los identificaban. Lo mismo ocurrió con otro caso similar al mío, de un funcionario también del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz abordado pero por la entrada de la UCV de Las Tres Gracias, donde fue detenido por una comisión la PNB; el funcionario estaba en su vehículo y un policía metió la mano dentro de su vehículo para quitarle el celular. El funcionario, que iba a buscar a su esposa, estamos hablando de las 2.30 de la tarde, cerró rápidamente el vidrio, presionando el brazo del supuesto policía, luego lo liberó y salió muy rápido, buscó a su esposa, y realizó la denuncia de estos “funcionarios” en el Helicoide.
Se me había pasado señalar que en mi caso, no sé si en el del otro funcionario del ministerio o en casos anteriores, los PNB en ningún momento se identificaron, lo cual ya de por sí constituye una irregularidad en el procedimiento policial, y en mi caso, los efectivos no estaban uniformados y estaban en motos. Y ciertamente por los nervios que tuve al momento y por la vertiginosidad como se desarrollaron los hechos, se me pasó pedirles la identificación a los funcionarios.
Hago esta denuncia pública para que dentro del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, la Vicepresidencia Sectorial de Seguridad Ciudadana y Paz, instancias dirigidas por el Almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso, se tomen los correctivos de estas malas prácticas policiales.
Sé que las mayorías de funcionarios y funcionarias policiales son personas honestas, padres y madres de familia que hacen una labor loable de garantizarnos seguridad aun a riesgo de sus vidas. Pero hay que sancionar de manera ejemplarizante a aquellos policías que, olvidando la importante función para la que se forman, se prestan para el delito, para las malas prácticas policiales.
Este era el relato que les debía de mi anterior columna, que de diaria se está convirtiendo en semanal. Y lo hago con la esperanza de que hechos como los aquí denunciados no vuelvan a repetirse.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.