Habrá que hacer un ranking, cuando todo acabe, de columnas miserables. De momento, arriba del todo, la que defecó un tal Gracia el otro día en El País. El tal Gracia, del que intenté leer hace poco una biografía lamentable de don Miguel, el judío de Cervantes. Pues nos informa Gracia que como él, desde su atalaya, no se siente "en malas manos con este gobierno", del que por cierto se ha comido todas las metáforas bélicas ("primera línea de combate"), le molesta mucho el "el columnista o el tertuliano [que] posturea, perora y sermonea". Por eso, con dos cojones, los llama quintacolumnistas.
Lacayos del poder, es lo que son. Y van de intelectuales. Permítanme una sonrisa