…espero que no te pique demasiado la cabeza…
El post de hoy toca uno de esos temas desagradables, pero que considero que conviene comentar, porque compartiendo podemos obtener muchos recursos y muchas ideas. Así que, por más desagradable que sea el tema, hoy toca hablar de piojos.
Como sabrás los piojos son unos parásitos que se encuentran en el cabello y en el cuero cabelludo y que provocan irritación y picores. Suelen preferir el cabello limpio, y pasan de una cabeza a otra.
Chocolatina Mayor no ha cogido nunca piojos y, en cambio, Chocolatina menor, en algo más de medio año, los ha cogido dos veces, así que en este post te voy a explicar lo que hemos hecho para erradicar los piojos.
Este nuevo curso, para el puente de noviembre, parecía que Chocolatina Menor se rascaba mucho la cabeza; le revisábamos, pero no veíamos nada, y como la nena llevaba bantu knots, me dio por pensar que tal vez se le había resecado el cuero cabelludo, y de ahí los picores.
Así que pensé en ponerle un poco de aceite en el cuero cabelludo con la intención de mitigar la sequedad y el picor y que dejase de rascarse. Fue ponerle el aceite de argán en la cabeza, y cuando estábamos en el baño para lavarnos los dientes, vi el primer piojo caminando por la cabecita de Chocolatina Menor.
La liendrera funciona emitiendo descargas eléctricas que eliminan los piojos. La liendrera emite un pitido constante que se interrumpe momentáneamente cuando encuentra un piojo; y, mientras le pasaba la liendrera por la cabeza, interrumpió el pitido unas cuatro veces.
Después de pasarle la liendrera por la cabeza, le saturé el cabello en aceite de ricino, se lo envolví en film transparente, por encima le puse un pañuelo, y durmió toda la noche con el aceite en el cabello. A la mañana siguiente, no fue al colegio, sino a casa de la abuela, que, muy pacientemente, le lavó el cabello, le puso mucho acondicionador, y después le pasó el secador, y otra vez la liendrera.
Yo recogí a la niña por la tarde y, según indicaciones de la abuela, ya tenía la cabeza libre de piojos. Pero al cabo de un rato volvía a rascarse, así que a pesar de que le inspeccioné la cabeza y no vi nada, le volvía a embadurnar el cabello otra vez en aceite de ricino, se lo volví a tapar con film transparente para pasar la noche y, a la mañana siguiente, la abuela, después de lavarle el cabello y aclarárselo, se lo envolvió en vinagre. Después de eso, pareció que, finalmente, terminábamos con el problema de los piojos.
¿Y tú? ¿Te has encontrado alguna vez con el problema de los piojos? ¿Cómo lo has solucionado?