Ha llegado el frío, la reducción de la luz solar, el cambio de rutinas… Con la llegada del otoño y el invierno podemos experimentar una bajada del ánimo que en algunos casos roza la depresión, de hecho a este estado se le conoce como depresión otoñal o de invierno. Todo ello puede afectar a nuestro estado de ánimo haciéndonos pasar por algunos de los siguientes síntomas:
- Falta de concentración e interés
- Irrtitabilidad
- Cansancio
- Insomnio
Estos síntomas se producen principalmente por cambios hormonales. Al producirse estas variaciones, nuestro cuerpo produce más melatonina y nos generan más cansancio pudiéndonos, en algunas ocasiones, entorpecer nuestra rutina diaria. Al aumentar esta melatonina, la serotonina, que es la encargada de regular nuestro estado de ánimo, disminuye. Con la falta de luz también disminuye la dopamina, lo que provoca la pérdida de atención y el desinterés por lo que nos rodea.
Para afrontar estos cambios de estado de ánimo, vamos a cuidar nuestra ALIMENTACION. Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importancia de llevar una dieta equilibrada. Nos centraremoas, además, en el SUEÑO y descanso. Para evitar estar cansados durante el día por no haber descansado por la noche, vamos a seguir una rutina adecuada a la hora de acostarnos. También haremos EJERCICIO, fundamental para mantenernos activos y mejorar nuestra salud física y mental. Si es posible es mejor practicar ejercicio al aire libre. Por último fomentaremos también nuestro OCIO, reforzaremos las actividades que son agradables para nosotros.
Esta situación suele ser pasajera, y por ello es mejor atajarla desde el principio para lograr que desaparezca o que se minimicen sus síntomas. Si vemos que estos trastornos se mantienen en el tiempo debemos cudir a un especialista.
“No temas al otoño, si ha venido. Aunque caiga la flor, queda la rama. La rama queda para hacer el nido”
Leopoldo Lugones