Personalmente me recuerda la metáfora de una película de Mel Brooks donde el canillita recibía el Paquete de Diarios arrojado desde un camión repartidor, que literalmente lo volteaba, lo aplastaba.
Los infobesos cuentan con toneladas de información pero no saben en general qué hacer con ella, la desinformación intenta atontarlos y el esquema de manipulación más eficaz es el “Bombardeo de estímulos” que abruma y conocemos tan bien en nuestro país, Argentina.
Se refiere al estado de contar con demasiada información para tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado tema. El exceso de información es una de las formas de la desinformación debido al fuerte ruido comunicativo que se crea.
En Argentina este método es muy utilizado por diversos sectores cuyos fines no son precisamente informar sino crear confusión y responder a los intereses concretos de cada bando o grupo. Estos grupos defienden sus intereses económicos y políticos con apoyo y ayuda de sus pares internacionales que forman una verdadera “Internacional de la Comunicación”
Ningún bando moderno prescinde hoy de las comunicaciones internacionales porque se ha comprobado el efecto de construcción de la Realidad que poseen los medios de comunicación masivos, que si está en la Tele “Por algo será” (disculpen la ironía)
Este es un tema que se volverá agenda obligatoria para cualquier estudiante de comunicación y periodismo porque los nuevos métodos incluyen novedades de todas clases en el proceso de manipulación de la realidad/verdad. Resulta casi incoherente hoy día hablar de la objetividad del periodista, tan abiertamente ausente en todo el mundo.
La técnica se trata de grandes cantidades de información para analizar, una alta tasa de nueva información siendo añadida, contradicciones en la información disponible, una relación señal/ruido baja, dificultando la identificación de la información importante para la decisión y la ausencia de un método para comparar y procesar diferentes tipos de información pueden contribuir a este efecto.
El término (del inglés information overload) fue acuñado en 1970 por Alvin Toffler en su libro Future Shock. (Wikipedia: Sobrecarga informativa)