Usando una vieja caja de piruletas gigantes de un cumpleaños cortamos un agujero en la parte frontal inferior para hacer de puerta.
Los niños, usando brochas, untaron toda la superficie exterior con pegamento.
También colocamos un palo que facilitara la entrada de los pájaros que vengan a comer.
Con pan viejo hicieron migas y llenaron el comedero.
A los niños les hizo mucha ilusión ver el resultado. A mi compañera y a mi nos enorgullece el haber enseñados a estos pequeños cuidar de su entrono. Esperemos que tengamos suerte y ganemos algún premio del concurso. Pero en realidad ya hemos ganado viendo las caras de los niños llenos de ilusión esperando en la ventana.
Rebecca